El gobierno de Colombia parece estar en una encrucijada con el caso de la ex congresista Aída Merlano, actualmente en manos del régimen de Nicolás Maduro.
Hasta el momento, Maduro no ha tomado ninguna decisión definitiva sobre la suerte de Merlano. Solo ha planteado la posibilidad de revivir las relaciones consulares entre Colombia y Venezuela, a lo que el presidente Iván Duque respondió: “Que no vengan ahora a enredar la pita”.
La razón que dificulta el traslado de la ex senadora a Colombia es que las relaciones entre los dos países están rotas; también que los canales de comunicación para tramitar este tipo de situaciones son inexistentes.
En el panorama, al menos, hay tres caminos para que la ex congresista costeña regrese y pague la condena de 15 años de cárcel, que le impuso la Corte Suprema de Justicia.
El primer camino es el que planteó Duque; es decir, que sea deportada y que se le aplique en Colombia todo el peso de la ley.
En este camino ya se cumplió la primera parte; es decir, la captura de Merlano que estaba cobijada con una circular roja de la Interpol.
Sin embargo, este camino ya no es posible; la justicia venezolana le dictó prisión preventiva a la fugitiva y le imputó los delitos de uso de documento falso, usurpación de identidad y asociación para delinquir.
Este proceso deberá ser decidido en ese país antes de que se tome una decisión sobre si se deporta o no a Colombia.
¿Extradición?
El segundo camino es la extradición, el cual parece más enredado todavía.
Las autoridades colombianas informaron el pasado jueves sobre la notificación por sus pares venezolanas de la detención de Merlano. Con ello comenzó el proceso de extradición.
Este procedimiento debe impulsarlo la Sala de Juzgamiento de Primera Instancia de la Corte Suprema de Justicia, a través de la Cancillería colombiana. Pero la gran pregunta es ante quién, tomando en cuenta que no hay relaciones con Venezuela.
La canciller Claudia Blum dijo que esta petición se le elevará al gobierno de Juan Guaidó, mandatario interino de Venezuela.
Sin embargo, según expertos como Mauricio Jaramillo, de la Universidad del Rosario, no tiene el control, por ejemplo, del Poder Judicial en Venezuela.
Y la tercera vía sería aceptar la propuesta de Maduro y restablecer las relaciones consulares con Venezuela, algo que Duque, hasta ahora, ha rechazado.
La decisión del mandatario, en todo caso, no es caprichosa. Hace cerca de un año Maduro rompió los vínculos con Colombia y expulsó al personal consular que tenía asiento en ese país.
Adicionalmente, su partido, el Centro Democrático, ha sido un duro crítico de Maduro y varios sectores en Colombia no entenderían que Duque pasara de jugársela a fondo con Guaidó a retomar las relaciones consulares con Maduro.
Sin embargo, este es el camino que recomiendan expertos como el ex ministro y académico Jaime Pinzón ya que, a su juicio, a Colombia y a Venezuela les conviene mantener las relaciones consulares.
La decisión para el presidente Duque no es fácil; tampoco en momentos en que ya algunos han comenzado a hablar de que Merlano reciba el asilo en Venezuela.