Decenas de miles de personas -y ante un fuerte dispositivo policial- volvieron a manifestarse hoy en Minsk contra el presidente de Bielorrusia, Alexandr Lukashenko, y por la libertad de los presos políticos.
«Hoy recordamos a todos los presos políticos, exigimos su libertad y marcharemos hasta Okrestina (la sede del centro de detenciones de la policía bielorrusa) para apoyar a quienes están detenidos allí y a los que están presos en Bielorrusia», declaró el movimiento «Straná dlia Zhizni» del bloguero Serguéi Tijanovski, actualmente preso.
Más de 100.000 personas, según estimaciones de la agencia Interfax, conformaron varias columnas que marcharon en dirección a Okrestina con banderas rojiblancas (la antigua enseña nacional de Bielorrusia y utilizada actualmente por la oposición) y entre gritos de «Viva Bielorrusia» y «Libertad».
La policía bielorrusa comenzó a prepararse desde temprano para hacer frente a los manifestantes, que llevan a cabo este acto de protesta desde las elecciones presidenciales del pasado 9 de agosto en las que venció Lukashenko entre acusaciones de fraude.
«Los agentes del Ministerio del Interior trabajan intensamente para abortar las acciones ilegales de los ciudadanos que participan en las protestas», anunció la portavoz de dicho departamento, Olga Chemodánov, citada por el portal Minsk-Novosti.
Las fuerzas policiales intentaron evitar el inicio de la marcha con el apoyo de diez vehículos blindados y varios cañones de agua, uno de los cuales se rompió mientras rociaba a los manifestantes, pero no lograron su objetivo.
Varias decenas de personas ya han sido detenidas en el centro de Minsk, informó la organización pro derechos humanos bielorrusa Vesná.
Según el medio en línea independiente Tut.by, el domingo fueron detenidos tres periodistas en Vítebsk y dos en Grodno.
Sin embargo, las intervenciones de la policía son mucho menos violentas que en agosto, cuando decenas de personas resultaron heridas y otras detenidas.