El millonario Jeffrey Epstein, encontrado muerto el sábado 10 de agosto en la prisión de Nueva York, donde esperaba un juicio por tráfico sexual de menores, se suicidó ahorcándose, confirmó este viernes la autopsia realizada por la Oficina Forense de la ciudad.
El diario The Washington Post informó que la autopsia que se le hizo al magnate reveló que tenía varios huesos rotos en el cuello. Este tipo de fracturas son compatibles con la muerte por ahorcamiento y estrangulamiento, señaló el diario, que citó a fuentes conocedoras de los resultados de la autopsia.
Epstein, de 66 años de edad, fue hallado inconsciente cerca de las 6:30 a. m. del sábado. Estaba ahorcado en su celda en el Centro Correccional Metropolitano de Manhattan. Fue trasladado con un paro cardiaco a un hospital del centro de la ciudad, donde confirmaron su muerte.
La investigación posterior a su fallecimiento reveló irregularidades en la prisión. Los dos guardias de seguridad, que debían vigilar su celda y visitarlo cada 30 minutos, no lo hicieron en las tres horas previas al suceso, porque se durmieron. Posteriormente, falsificaron el registro para encubrir su error, publicó The New York Times, que citó a agentes del orden y funcionarios de prisión conocedores del caso.
Según el estatus especial que se le impuso luego de retirarlo del programa de prevención de suicidio, el magnate debía estar acompañado en su celda. Sin embargo, en el momento de su muerte, el compañero de celda de Epstein tampoco estaba, ya que fue transferido a otro lugar, lo que supone una infracción del protocolo del penal. La muerte del millonario es investigada tanto por el FBI como por el Departamento de Justicia.