John Bolton, exasesor de Seguridad Nacional del gobierno de Donald Trump, relató en su libro The room where it happened: a White House memoir cómo fracasó la opción militar de Estados Unidos para lograr la salida de Nicolás Maduro del poder en Venezuela.
«El régimen ilegítimo de Venezuela, uno de los más opresivos del continente americano, le ofreció a la administración Trump una oportunidad. Pero requería de determinación por nuestra parte y presión constante, completa y firme. No estuvimos a la altura».
Con esa cita comienza Bolton el capítulo en el que habla sobre Venezuela.
Asesoró a Trump en materia de conflictos internacionales y Venezuela fue uno de los intereses principales, reseñó ABC. El exconsejero motivó al gobierno estadounidense para apoyar a Juan Guaidó como presidente interino de la República.
Bolton llevaba a todas las reuniones un cuaderno en el que tomaba notas de todo. Ahora esas notas son un libro que ha intentado publicar desde el año pasado, luego de informar su renuncia como asesor de Seguridad Nacional, aunque Trump aseguró que lo despidió.
A continuación, los fragmentos más reveladores sobre la situación de Estados Unidos y Venezuela que Bolton sacó a la luz con su libro, señalados por ABC:
La amenaza de Moscú
Bolton dijo que Venezuela cobró importancia en la Casa Blanca por las injerencias de Rusia, de Irán y de China. Manifestó que no había forma de que se pudiera negar que Moscú no tenía participación en los asuntos venezolanos, tanto militar como financieramente.
«Gastó muchos recursos en afianzar a Maduro, en dominar el sector del gas y el crudo de Venezuela y perjudicar a Estados Unidos», afirmó Bolton. Agregó que Trump dijo que no iba a quedarse sin hacer nada cuando se enteró del apoyo de Vladimir Putin al régimen.
El exfuncionario reveló una corta conversación que habría tenido con Trump en agosto de 2017:
«Tenemos muchas opciones sobre Venezuela, y no voy a descartar la militar. Son nuestros vecinos. Tenemos tropas en todo el mundo, en países muy lejanos. Venezuela no está lejos. La gente sufre, se están muriendo».
«La intervención militar no es la solución«, le respondió Bolton.
«Por supuesto que Trump decía, de vez en cuando, que se quería ver con Maduro para solucionar todos los problemas con Venezuela, pero ni yo ni (Mike) Pompeo pensábamos que eso funcionaría», agregó.
El exasesor de Seguridad Nacional expuso que fue el primero en reconocer a Guaidó como mandatario interino porque Trump no quería inmiscuirse en los asuntos de Venezuela si no tenía las plenas garantías de la caída de Maduro.
«A Trump le irritó que el cambio fuera de momento solo una posibilidad, y me dijo que el comunicado estuviera a mi nombre, no el suyo», escribió. También agregó que el presidente de Estados Unidos en público dice una cosa y en privado otra.
«(Maduro) puede ser derrocado muy fácilmente por el Ejército, si el Ejército lo quiere», recordó que Trump dijo públicamente, pero luego en privado le aseguró que Maduro era demasiado listo para sacarlo del poder.
Intervención militar
Varios diputados y senadores republicanos mostraron incredulidad cuando Trump presentó la opción de una intervención militar, según Bolton. Señaló que entre todos mantuvieron «entretenido» al presidente con el Ejército mientras diseñaban otros planes de presión económica.
«Nadie pensaba que la opción militar fuera recomendable en este punto. Pero a mí esta discusión me servía para tener a Trump entretenido con el objetivo de derrocar a Maduro, sin perder tiempo en opciones imposibles», comentó.
Cuando Bolton abandonó la Casa Blanca, Trump lo criticó en Twitter: «Mi postura sobre Venezuela y sobre todo Cuba era mucho más fuerte que la de Bolton. Él me ralentizaba».
En su libro, Bolton le da la razón: «Dice la verdad sobre Venezuela».
Bolton preparó el terreno para un pronunciamiento desde dentro, con contactos indirectos con militares venezolanos, para que desertaran del régimen y defendieran a la oposición y la democracia. Pero consiguió unas 500 deserciones, algo que describió como un fracaso.
Manifestó que el cierre de la Embajada de Estados Unidos en Caracas fue perjudicial porque la presencia estadounidense «desapareció» del país.
Así fue como llegó el 30 de abril de 2019, cuando un grupo de militares y oficiales se sublevaron en el distribuidor Altamira, en el estado Miranda, muy cerca de la Base Aérea Generalísimo Francisco de Miranda, conocida como La Carlota.
Bolton aseguró que hubo conversaciones directas con altos mandos del régimen, incluidos Manuel Christopher Figuera, exdirector del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional; Maikel Moreno, presidente del Tribunal Supremo de Justicia exprés; y Vladimir Padrino López, ministro de Defensa del régimen.
«No hablábamos sobre si Maduro caería, sino sobre cuándo», dijo Bolton.
El exasesor de Trump contó que sería Padrino quien le notificaría a Maduro que iban a dimitir, acompañado de 300 soldados venezolanos.
«Tal vez su intención no era desertar, o al menos lo que hicieron fue mantener sus opciones abiertas, para decantarse por un lado o por otro, dependiendo de cómo evolucionaran las cosas», señaló.
Ese día, prosiguió, llamó a Trump a las 6:07 am para informarle sobre la sublevación, pero la acción, liderada por el presidente interino venezolano, fracasó. Rusia intervino.
Bolton escribió que Vladimir Putin, presidente de Rusia, en una llamada le dijo a Trump que Guaidó era un débil que se autoproclamó. «Como si Hillary Clinton se hubiera proclamado presidenta pese haber perdido», comparó el mandatario ruso.
Desde entonces, las opciones militares se fueron apagando y Trump le pidió a Steven Mnuchin, secretario del Tesoro de Estados Unidos, que cesara las sanciones durante un tiempo.