Leopoldo López Gil, el padre del opositor venezolano Leopoldo López y eurodiputado del Partido Popular, y Antonio Ecarri, embajador de Juan Guaidó en España, señalaron que la presión internacional es vital para salir de Nicolás Maduro.
López Gil alabó en el coloquio Derechos Humanos de Venezuela: Una visión global del conflicto venezolano, celebrado de forma virtual, la «firme posición de la UE» en cuanto a que la única salida posible a la crisis en Venezuela es «por la vía de elecciones libres, transparentes y creíbles», aunque al mismo tiempo subrayó que «no van a aparecer por arte de magia».
A este respecto, Ecarri ha considerado que «la presión internacional es vital para lograr elecciones libres que permitan el cambio de ese régimen para salir de esta pesadilla». «No hay otra manera», aseveró.
Hasta ahora, la presión internacional ha llegado principalmente en forma de sanciones, a las que el gobierno de Maduro achaca la crisis humanitaria que sufre Venezuela, algo que la propia Bachelet ha venido a confirmar parcialmente en sus sucesivos informes.
Interrogados sobre este asunto, tanto Ecarri como López Gil han rechazado el argumento de Maduro. «Es absolutamente falso. Esas medidas se han tomado de un año para acá y este es un régimen de más de 20 años», sentenció el primero.
López Gil recordó en este sentido que «las sanciones que se han impuesto en Europa son de carácter individual», es decir, contra aquellos que han comedido abusos como personas, en el ejercicio de sus funciones. «Nunca se ha impuesto ninguna sanción que impida un trato comercial o un intercambio de tecnología entre Venezuela y la UE», defendió.
Arco Minero
López Gil denunció que «las izquierdas europeas no quieren ver lo que está pasando en Venezuela», llamando en este caso la atención sobre el ecocidio en la nación caribeña.
«Lamentablemente, las izquierdas europeas no quieren ver lo que está pasando en Venezuela, no quieren oír lo que está pasando en Venezuela», dijo.
López Gil hizo estas declaraciones en relación con el ecocidio que, según denuncia la oposición venezolana, está teniendo lugar en Venezuela por la explotación ilegal de los recursos naturales del país. En concreto, se ha referido al «oro de sangre».
La alta comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, denunció en su informe de la semana pasada los abusos cometidos en el Arco Minero del Orinoco a manos de las organizaciones criminales que controlan los yacimientos de oro en connivencia con militares, así como los perjudiciales efectos de la minería ilegal en el medio ambiente y en la salud de las comunidades locales.
En este contexto, López Gil reprochó a la izquierda europea que «tiene una curiosa preocupación por el ecocidio en Brasil o en Colombia pero no así por el ecocidio que hemos tratado de denunciar no solo en Venezuela sino también en Perú».
En su opinión, «los partidos de izquierda son muy prontos para condenar a un régimen democrático como el de Jair Bolsonaro» por la deforestación de la Amazonía brasileña «pero no están en absoluto interesados en condenar a un régimen como el de Maduro».
«Ahí predomina la ideología por encima de todo», lamentó.
Dualidad diplomática
Por otro lado, se quejó de que en la UE y en sus estados miembros «no es fácil desempeñarse como representante de Guaidó» debido a la dualidad existente entre «un embajador de la democracia» y «un embajador de la satrapía».
Precisamente, el PP ha presentado una proposición no de ley en el Congreso en la que insta al gobierno de Pedro Sánchez a «reconocer la legitimidad» de Guaidó como presidente encargado y a conceder privilegios diplomáticos a los representantes designados por él y por la Asamblea Nacional de Venezuela.
En el caso de España, Ecarri fue nombrado por Guaidó como su embajador en España y el gobierno español le dio el estatus simbólico de «enviado personal», pero mantuvo las credenciales del embajador enviado por el gobierno de Nicolás Maduro para no romper las relaciones diplomáticas, Mario Isea.
España y Chile, ejemplos de transición
Sobre la actual situación en Venezuela, Ecarri sostuvo que, conforme a Encuesta Nacional de Condiciones de Vida, 96% de los venezolanos viven en la pobreza y casi 80% en la pobreza extrema.
«Una realidad terrible y dolorosa» de la que culpóna Maduro y su predecesor: «El chavismo consiguió lo que parecía imposible. En 20 años convirtieron a una potencia mundial en materia de petróleo y recursos naturales en uno de los países más pobres del mundo».
Asimismo, denunció una «flagrante y continuada violación de los derechos humanos de los venezolanos», resaltando que «en Venezuela cualquier voz disidente es apagada», y alertó que la crisis venezolana es un problema que ya se está exportando por los más de cinco millones de migrantes venezolanos esparcidos por la región.
Ecarri está convencido de que la única opción para «salir de este régimen de oprobio» es «por la vía pacífica, democrática y constitucional» y ha puesto como ejemplo las transiciones democráticas de España y Chile.
En el caso de España, aludió al trabajo realizado por «gente que fue protagonista de la guerra civil», entre los que ha mencionado a Manuel Fraga y Santiago Carrillo. Sobre Chile, recordó que el general Augusto Pinochet siguió ostentando cargos oficiales tras la restauración democrática.
«En los procesos de transición siempre tiene que haber perdón de las cosas sin que eso signifique olvido absoluto. Durante el transcurso del tiempo, mientras se consolida la democracia, tienen que perdonarse muchísimas cosas», dijo Ecarri.