Leonor
EFE/Javier Cebollada

La princesa Leonor está llamada a ser la primera reina de la democracia en España, un cargo de máxima responsabilidad institucional para el que se ha preparado desde que nació en un entorno familiar marcado por la discreción y la protección de su intimidad que ha limitado el conocimiento de su personalidad.

El próximo martes, coincidiendo con los 18 años de su mayoría de edad, Leonor jurará la Constitución española tal y como hizo su padre, el rey Felipe VI, en 1986, y ese día culminarán unos meses de intensa actividad para la princesa que inició en agosto con su formación castrense.

Entonces pudieron verse sus primeras fotografías vestida de militar, una imagen que se repitió en su jura de bandera y en su estreno en la recepción de la Fiesta Nacional española el pasado 12 de octubre.

En la Casa Real hay satisfacción por cómo está afrontando su papel institucional y académico. “Le gusta lo que hace, está comprometida. Con todos los focos que tiene lo está haciendo bien. Es algo que tiene mérito”, destacan fuentes de la institución monárquica.

Quienes la conocen de cerca la describen como una persona “tranquila, prudente y concienzuda” en el desempeño de sus obligaciones, tanto las institucionales como las académicas, y que “se adapta bien” a cualquier reto que tiene que afrontar.

Convivencia con «la diversidad de España»

De su estancia en la academia militar ven positivo que esté conviviendo con “la diversidad de España”, al haber compañeros de distintas capas sociales, y valoran que “tenga respeto por todos” con independencia de su situación personal o económica.

A ello también ha contribuido su paso por el internado de Gales (Reino Unido) en el que estudió hasta mayo los dos años de bachillerato con jóvenes de más de 80 países, de razas y religiones distintas, y donde tenía que limpiar su habitación o lavar su ropa.

“Es una persona que tiene autonomía”, inciden las fuentes, quien apuntan el papel destacado que ha tenido la reina Letizia para educarla con esta actitud.

La Casa del Rey nunca ha facilitado información sobre los gustos y pasatiempos de la princesa, aunque sus salidas con sus padres y su hermana han constatado su apego por el cine, el teatro y el ballet, además de por la lectura y por cantantes de moda como el británico Harry Styles.

No se le conoce especial afición por algún deporte, más allá del practicado en el colegio y de alguna escapada para esquiar.

La princesa Leonor no comparte la pasión por la vela que desde pequeños tuvieron su padre, su abuelo, el rey emérito Juan Carlos I, y su bisabuelo, don Juan de Borbón, además de sus tías, las infantas Elena y Cristina.

Hasta ahora no ha ofrecido ninguna entrevista, algo que si hizo su padre al cumplir los 18 años, y su contacto con los medios de comunicación se ha ceñido a algunas conversaciones que la familia real ha tenido tras sus posados veraniegos en la isla de Mallorca, en las que la princesa apenas ha intervenido.

Esmerada y meticulosa

Aunque por la serenidad y confianza que desprende en sus actos algunos equiparan más su personalidad a la de Felipe VI, otros observan también rasgos de su madre, como que es “muy comunicativa”, a pesar de su aparente timidez.

De ambos le atribuyen la cualidad de ser muy esmerada y meticulosa a la hora de documentarse y prepararse los actos en los que participa.

Una de las personas que ha aireado algunos rasgos de Leonor es la tutora que tuvo en el internado de Gales.

En la graduación, destacó su “amor por las conversaciones profundas, su decidida pasión por aprender y comprender a los demás” y también su “sentido del humor”.

Otro de los aspectos que resaltan de ella es que está “muy sensibilizada con el tema de la mujer”, una propensión inculcada especialmente por la reina Letizia.

La futura reina es bilingüe en español e inglés, habla francés, aunque en este idioma aún no se la ha escuchado, y también ha estudiado catalán, del que se ha destacado su buena pronunciación, y árabe.


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