Lenín Moreno, presidente de Ecuador, mostró este domingo su disposición para dialogar con los indígenas.
En un corto mensaje televisado a la nación, el gobernante aseguró que está decidido a cambiar el país, a que se sancione a quienes han robado a la nación, a que se controlen los precios y se castigue a los especuladores.
«Estoy decidido a dialogar (…) con ustedes, hermanos indígenas», dijo.
Moreno añadió: «Dialoguemos sobre cómo usar los recursos del país para los más necesitados».
A los ecuatorianos, en general, les pidió no prestarse «para que aprovechen aquellos que buscan el caos».
«No compartas noticias falsas, ayúdanos a denunciar la especulación. Es momento de trabajar, de pasar la página de la violencia», dijo tajante el jefe de Estado.
«Estoy decidido a cambiar el país, estoy decidido, sí, claro que estoy decidido pero necesito, querido ecuatoriano, que tú también lo estés», finalizó.
El caos continúa
Las declaraciones las dio en momentos en que los indígenas protestan en diferentes provincias del país, donde han bloqueado carreteras que los militares despejan amparados en un estado de excepción para velar por la seguridad y evitar el caos.
Este domingo, Jaime Vargas, presidente de la Confederación de Nacionalidades Indígenas de Ecuador (Conaie), aseguró a Efe que están «cerradas» las posibilidades de diálogo con el gobierno.
«Hemos cerrado totalmente el diálogo con el gobierno, no hay diálogo hasta llegar a la ciudad de Quito», indicó Vargas en la cuarta jornada de protestas.
«Aquí no estamos para negociar a espaldas del pueblo. El pueblo se ha levantado y eso es lo que se va respetar», apuntó.
Comentó que pretenden seguir avanzando en estos días hacia Quito para concentrar en la capital sus protestas contra el gobierno.
Medidas económicas
Los indígenas prevén un ingreso masivo a Quito el próximo martes para sumarse a una huelga nacional con los sindicatos y otros colectivos sociales en contra del mandatario.
Las protestas estallaron el pasado jueves cuando entró en vigor la eliminación del subsidio a los combustibles.
Los transportistas paralizaron completamente sus actividades entre jueves y viernes, cuando anunciaron la suspensión de la medida, que se cumplió de manera parcial el fin de semana.
En la capital ecuatoriana, el sábado fue casi nula la presencia de autobuses, con excepción de los municipales, mientras que este domingo ha sido escasa.
El servicio de taxis ha sido normal.