Un grupo de venezolanos, encabezado por María Teresa Belandria, representante diplomática del país en Brasil nombrada por el presidente de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó, se congregó este martes en Brasilia para exigir el fin del régimen de Nicolás Maduro.
También pidieron que se permita el ingreso de la ayuda humanitaria que aportarán, afirmó Belandria, 60 países que respondieron al llamado hecho por la Asamblea Nacional para atender con urgencia a cerca de 300.000 personas que «están en riesgo de muerte» por la falta de alimentos y medicinas.
La embajadora, que llegó esta semana a Brasilia, insistió en pedir que la Fuerza Armada Nacional permita el ingreso de la ayuda humanitaria, que Maduro rechaza, pues «también es para sus hijos y sus familias», que como toda la sociedad padecen la misma escasez.
En Brasil estará uno de los centros de acopio de esa ayuda, que también será concentrada en la ciudad colombiana de Cúcuta y en Puerto Rico. En el caso de Brasil, Belandria indicó que el centro de acopio estará en la ciudad de Boa Vista, capital del estado de Roraima, y que habrá un núcleo de distribución en Pacaraima, situada a 200 kilómetros al norte y en la línea fronteriza con Venezuela.
Dijo que aún analiza con las autoridades brasileñas, que han ofrecido un «total apoyo» a la iniciativa, las condiciones en que será trasladada esa ayuda a Roraima y luego a Venezuela.
En el acto celebrado en Brasilia estuvo presente también el embajador de Canadá en Brasil, Riccardo Savone, cuyo país, al igual que Brasil, reconoce a Guaidó como presidente interino y legítimo de Venezuela y colabora con la ayuda humanitaria. Belandria, a su vez, ha sido reconocida por el gobierno brasileño como embajadora de Venezuela, que tiene en Brasilia una legación diplomática por la que ella aún no ha pasado. «No necesitamos un edificio para representar a Venezuela», afirmó.
Insistió en que las prioridades de los venezolanos ahora son la ayuda humanitaria, junto con «el cese de la usurpación» de Maduro, el inicio de un gobierno de transición y la convocatoria a elecciones «realmente libres y democráticas».