Un par de agentes de la Administración para el Control de Drogas (DEA por sus siglas en inglés) llegaron el viernes al búnker de la Fiscalía confiados de que Marlon Marín Marín y Fabio Simón Younes accederían a hablar con ellos sobre el embarque de 10 toneladas de coca que le iban a enviar a la mafia mexicana.
El día anterior les habían mandado mensajes a sus celdas y esperaban que alguno de ellos accediera a contarles cómo había sido el narcooperativo que terminó poniendo tras las rejas al ex jefe negociador de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) Jesús Santrich, y al proceso de paz en una de sus peores crisis.
La sorpresa fue mayor cuando, a las 8 en punto de la mañana, apareció Marín manifestando su voluntad de cooperar con la justicia de Estados Unidos a cambio de beneficios.
Durante más de siete horas, les dio detalles a los agentes de la DEA de cómo había terminado de intermediario entre el cartel de Sinaloa y Santrich para mover grandes cantidades de droga.
Y lanzó su primera carga de profundidad: el sobrino del jefe de las ex-Farc Iván Márquez (cuyo verdadero nombre es Luciano Marín) dijo que las 10 toneladas de las que aparece hablando en varios audios era tan solo la cuota inicial de otros cargamentos que se planeaban enviar.
Y dio detalles específicos de cómo estaban consiguiendo los alijos de cocaína para cumplir con las exigencias de Rafael Caro Quintero, tercero al mando del cartel de Sinaloa.
Según Marín, les ofrecieron llevarla hasta Barranquilla e incluso moverla por un tercer país por donde, aseguraron, tenía contactos y aliados.
Y aquí vino el segundo dato que terminó por seducir a los agentes, quienes de inmediato pidieron permiso a Washington para negociar un arreglo con el supuesto abogado caqueteño de 39 años que, además, es pieza clave en los intentos de saqueo al dinero del posconflicto.
El Tiempo estableció con fuentes cercanas al caso que Marín dijo estar dispuesto a dar nombres de los poderosos contactos que tienen en Venezuela para mover cargamentos de cocaína. La información fue suficiente para que Estados Unidos frenara su solicitud de extradición y lo convirtiera en testigo protegido de ese gobierno.
Y no es para menos: un solo hombre, pariente de un jefe de las FARC, testificará contra Santrich y, de paso, contra el capo mexicano al que acaban de montar en la lista de los más buscados, y contra otros objetivos afincados en Venezuela.
Como si fuera poco, Marín aceptó viajar de inmediato a Nueva York y rendir, antes, interrogatorio en Colombia sobre todo el andamiaje de corrupción que ayudó a tejer en torno a los recursos del posconflicto.
En efecto, el sábado en la mañana, mientras alistaba maletas, se reunió con un grupo de fiscales. “Nos confirmó que en las grabaciones (reveladas por El Tiempo) sí se estaba hablando del cobro de comisiones de hasta 20% por la asignación de contratos y que había funcionarios involucrados. También entregó documentación y nuevos nombre de implicados, entre ellos varios alcaldes. Toda la hipótesis de la Fiscalía fue confirmada”, dijo una fuente oficial.
Y confirmó que el lunes, en la noche, un avión de la DEA sacó a Marín del país y que hoy duerme en instalaciones fiscales en Nueva York.
Si su colaboración es eficiente es posible que no pague ni un día de cárcel.
El viraje de Santrich
Y aunque Santrich se mantiene en su versión de que todo es un montaje e incluso le envió una carta desafiante al fiscal Néstor Humberto Martínez, ya admitió su reunión con los emisarios mexicanos, de la que hay video.
Pero dijo que lo que buscaban no era coca sino invertir en proyectos piscícolas. Y mientras su abogado insiste en pedir su libertad inmediata a través de un habeas corpus, el ex jefe guerrillero fue enviado a la cárcel La Picota.
Younes, por su parte, llegó tarde a la cita con la DEA. Por eso, su captura con fines de extradición ya fue legalizada y al igual que Santrich, deberá esperar 60 días a que se surtan los trámites.
No obstante, su abogado Pedro Escorcia le dijo a El Tiempo que Younes no está vinculado al tráfico de droga y que renunciará a la práctica de pruebas dentro del proceso para contar lo que le consta.
El cuarto involucrado, Armando Gómez España (padre de una ex reina de belleza), fue notificado en una clínica del proceso en su contra. Gómez no ha podido atender ninguna diligencia porque hoy será intervenido de un cáncer en el estómago.
El ingeniero Iván Cifuentes, quien ha salido a relucir en el escándalo de los manejos de la ‘chequera de la paz’, fue separado por la Universidad de los Andes del proceso de asesoría técnica a la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP).
Tal como lo reveló El Tiempo, Cifuentes es pareja sentimental de la descabezada directora del Fondo Colombia en Paz (FCP), Gloria Ospina. Pero solo le reconoció ese nexo a Los Andes el 4 de abril. Esto motivó a sus directivas a retirarlo de inmediato de la asesoría (oficializada en un contrato por 597 millones de pesos) y a pedirle al gobierno una reunión urgente con las cabezas del FCP para auditar lo hasta ahora hecho como parte del jugoso contrato de la JEP.
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