El presidente de Brasil, Michel Temer, fue condenado a pagar 60.000 reales -18.691 dólares- tras perder un pleito judicial por daños morales contra el magnate de la carne Joesley Batista.
Temer interpuso la demanda a raíz de las declaraciones del empresario en una entrevista en junio de 2017, donde lo acusó de liderar «la organización criminal más peligrosa del país», poco después de que Batista entregase a la justicia un audio del presidente grabado clandestinamente que puso en jaque su mandato.
Un juez civil en Brasilia consideró que los hechos narrados por Batista a la revista Época «ya eran de conocimiento público» y no utilizó adjetivos peyorativos «de naturaleza personal que revelen el deseo de ofender la honra» del presidente, según un comunicado del tribunal.
El magistrado rechazó la demanda y condenó a Temer a pagar el 10% del valor que solicitaba al empresario por supuestamente haberle ofendido. Ese dinero será destinado a cubrir el costo del proceso y los honorarios del abogado de Batista.
El presidente puede recurrir la decisión, informó la sede judicial.
Las revelaciones a la justicia de Joesley y Wesley Batista -hermanos propietarios del gigante frigorífico JBS, ambos presos- le valieron a Temer dos denuncias penales por corrupción pasiva, obstrucción a la justicia y por comandar una «organización criminal» para expoliar al Estado, que habría recibido 587 millones de reales en sobornos (casi 183 millones de dólares).
Las acusaciones fueron bloqueadas por su base aliada en la Cámara de Diputados antes de llegar a la justicia.
Temer, que accedió al poder tras el impeachment a la izquierdista Dilma Rousseff (2011-2016), se convirtió así en el primer presidente de Brasil en ser denunciado penalmente durante el ejercicio de su mandato.
Pero, pese a haber superado el delicado 2017, las complicaciones legales no cesan para el mandatario. Investigado también en una causa que busca determinar si recibió junto a uno de sus hombres de confianza -e implicado en el caso JBS- sobornos para favorecer a una empresa del sector portuario, Temer volvió a negar este jueves cualquier conducta irregular.
Lo hizo respondiendo por escrito a una batería de 50 preguntas formuladas por la policía federal, en las que aseguró que nunca recibió donaciones, ni fue contactado por esta compañía para tratar del decreto en cuestión.
En el documento enviado por su defensa, negó igualmente haber autorizado a quien por entonces era su estrecho colaborador -y que ahora se encuentra en prisión domiciliar- a realizar cualquier tratativa en su nombre, según recoge la estatal Agencia Brasil.
Por el momento, esta causa aún se encuentra en fase de investigación en la Corte Suprema. En base al informe que redacte la policía, la Fiscalía podría decidir si formula una tercera denuncia contra Temer.
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