LATINOAMÉRICA

Radiografía al crimen organizado en Latinoamérica: el perfil de los grupos y los que tendrían influencia en Chile

por Avatar GDA | El Mercurio | Chile

«Estamos haciendo lo que podemos con las herramientas que tenemos en la actualidad, y bajo ese punto de vista, va más rápido que nosotros». Esas fueron las palabras con las que el director de la Unidad de Tráfico Ilícito de Drogas del Ministerio Público, fiscal Luis Toledo, abordó el escenario del crimen organizado en Chile.

El análisis que entregó el pasado viernes a Radio Universo, apuntaba a los resultados del VII informe del Observatorio del Narcotráfico de la Fiscalía Nacional, que mostró -entre otros datos- un preocupante aumento en la tasa de asesinatos en las regiones de Tarapacá y Antofagasta, pasando de 47,8% en 2011 a 52,4% en 2021, mientras que las víctimas de homicidios consumados aumentaron en 89,2%.

A juicio de Toledo, dicha tasa de homicidio es comparable con algunos países centroamericanos y reflexionó que, frente al crimen organizado, «lo veíamos de lejos, como si América Latina no nos perteneciera, pero efectivamente esto fue ingresando y penetrando nuestras capas sociales de manera bastante acelerada», e incluso apuntó a un diagnóstico desalentador respecto a la velocidad con la que las cifras suben, lo que hace urgente «definir objetivos de persecución penal» para el crimen organizado, con indicadores que midan «avances y retrocesos».

Quien también entregó un diagnóstico en la materia fue el presidente de la Asociación Iberoamericana de Ministerios Públicos (Aiamp), fiscal general colombiano Francisco Barbosa, que durante su reciente visita a Chile advirtió que «hay fenómenos criminales importantes que ya están instalados», según dijo a El Mercurio.

Entre ellos, advirtió sobre el tráfico de migrantes como uno de los problemas asociados a esta instalación de bandas de origen extranjero que se suman al ya conocido Tren de Aragua (Venezuela); aparecen también los «Chotas» (también «Shotas») y los «Espartanos», organizaciones de Buenaventura, Colombia, que según comentó, ya se están instalando en Chile.

La semana pasada, el nombre de la organización los «Lobos» se hizo conocido en Chile tras el secuestro en Ecuador del cabo primero de La Armada, Luis Toledo, quien tras cinco días de cautiverio, logró ser rescatado con vida el pasado domingo y trasladado a un centro asistencial. Hubo dos detenidos por el hecho.

Pero el espectro delictual es mucho más amplio y complejo en la región, y precisamente la velocidad de expansión de sus tentáculos es la que mantiene en alerta a las autoridades. Esto, porque además gran parte de estas organizaciones tienen como caldo de cultivo las cárceles, lo que abre las dudas sobre la real preparación de los sistemas penitenciarios y la persecución del patrimonio, en el entendido que estas organizaciones, al final del día, son un negocio.

Así lo advierte la investigadora de AthenaLab, Pilar Lizana: «nos está llegando una alerta a Chile de que tenemos que hacer algo con nuestro sistema penitenciario, porque ya tenemos reclusos en nuestras cárceles de estas organizaciones, como los del Tren de Aragua».

Ecuador

Cinco días permaneció secuestrado el cabo primero de La Armada, Luis Toledo, quien reside en Ecuador. Es en ese país donde operan «Los Lobos» una organización criminal que estaría vinculada al hecho que afectó al chileno, a quien torturaron cortando dos dedos de su mano y por quien pedían un rescate de $ 100 mil ($ 88,7 millones).

«Los Lobos» hoy se han logrado consolidar como la banda más numerosa de ese país, con más de 8.000 miembros distribuidos sólo en las prisiones de ese país, según datos del centro de pensamiento especializado en crimen organizado, Insight Crime. Sólo en 2021, este grupo dejó más de 315 reclusos muertos en varias masacres carcelarias.

La principal fuente de ingreso de esta organización es la protección de cargamento de cocaína para grupos colombianos y mexicanos que mueven la mercancía por ese país y que tiene como destino Europa y Estados Unidos. Además, ejercen tareas como cobro de deudas y sicariato para socios internacionales y otros aliados, y participan del microtráfico en diversas ciudades.

«Los Lobos» fueron en el pasado aliados de «Los Choneros», una poderosa banda del Ecuador, sin embargo, desde inicio de 2021 mantienen rivalidad; el mismo escenario se da con los R7, una banda más pequeña que ha buscado disputarles el poder. De hecho, este año, la cárcel de Santo Domingo (Ecuador) se transformó en escenario de enfrentamiento entre ambos grupos.

Colombia

«Fueron momentos de terror y pánico lo que vivieron los habitantes de este barrio Juan XXIII de la comuna siete, cuando estas dos bandas criminales se enfrentaron a tiros. Lo preocupante para la comunidad es que al llegar la policía, éstos fueron recibidos por los delincuentes también a disparos. Esta zozobra duró toda la noche en este barrio, donde la gente prácticamente no pudo ni dormir».

Así relató un periodista del medio colombiano Noticias Caracol el enfrentamiento entre «Los Chotas» y «Los Espartanos», ocurrido hace sólo tres meses en un barrio de Buenaventura, motivados por el control territorial.

La preocupación para el municipio local es que estos grupos violentos han logrado ampliar rápidamente su capacidad financiera, lo que dificulta su control que ya se expande por al menos 40 barrios.

Estos grupos nacieron a raíz de disputas surgidas al interior de «La Local», una banda delictual que nació 2016. Su actividad económica delictual es el narcotráfico, el tráfico de armas de fuego y la extorsión. Además, se dedican a captar niños, niñas y adolescentes para que se unan a sus filas, compuesta por entre 400 a 600 miembros que actúan como «pequeños ejércitos».

En Colombia también opera el Clan del Golfo, una de las agrupaciones más grandes y peligrosas de ese país, con presencia en más de 200 municipios. Entre sus líderes, están ex narcotraficantes y ex paramilitares de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), grupo paramilitar de extrema derecha.

En octubre de 2021, se concretó la captura de Dairo Antonio Úsuga, alias «Otoniel», quien durante años llevó las riendas de este grupo armado. Tal es su relevancia, que el presidente Iván Duque comparó su caída con la captura de Pablo Escobar en los ’90, pero como era de esperarse, sus operaciones no cesaron.

Venezuela

El nombre de la organización criminal «Tren de Aragua» se ha hecho conocida en Chile en los últimos años gracias a la expansión de su presencia, ampliamente reconocida por las autoridades locales. De hecho, uno de sus líderes, Carlos González Vaca, apodado «Estrella» se encuentra privado de libertad en la cárcel de Valparaíso, formalizado por los delitos de asociación ilícita, secuestro calificado, tráfico de migrantes, trata de personas, secuestro extorsivo y lavado de dinero.

Pero hay que retroceder hasta inicios de los 2000 para acercarse a los orígenes del Tren de Aragua, donde comenzó a participar en el tráfico de drogas, armas y robo de vehícuos en el estado de Aragua, Venezuela. Hoy, es una de las bandas más poderosas de ese país, y se ha logrado expandir a Perú, Colombia y Chile.

Según relató Barbosa, «las conductas criminales de la organización en Chile, Perú y Colombia son muy similares; estamos hablando de extorsión a comerciantes, de ajustes de cuentas, incluso tienen maneras muy crueles de asesinar a las personas».

De hecho, Insight Crime advierte que la expansión territorial del Tren de Aragua en Venezuela parece indetenible. «El poder que cada vez más gana esta organización criminal representa un desafío no solo para las autoridades locales de ese país, sino también para los cuerpos de seguridad de las naciones vecinas que deben idear estrategias para impedir la penetración de esa megabanda», sostienen.

La presencia del Tren de Aragua en al menos tres países representa una amenaza para la seguridad en la región, «pues los criminales de los otros países pueden copiar los modus operandi y la estructura de este grupo de delito organizado», agregan.

Brasil

En Brasil destacan como principales organizaciones criminales el Primer Comando Capital (PCC), surgida en Sao Paulo, y el Comando Vermelho, en Río de Janeiro. Ambas, conformadas por prisioneros que organizaron grupos para defenderse del violento sistema penitenciario de ese país.

El PCC ha tenido actividad desde la década de los ’90, aunque ya desde el 2010 logró expandirse de sus fronteras e iniciar operaciones como tráfico de drogas y armas en Bolivia y Paraguay.

El citado informe del Observatorio del Narcotráfico (2022), detalla que ya en diciembre de 2020, cuando el -aún- desconocido «Tren de Aragua» comenzaba a ser investigado por sus operaciones y su alta violencia, se obtuvo información desde las autoridades brasileñas donde se conoció que «las conexiones de esta violenta organización criminal denominada ‘Tren de Aragua’, habrían llegado a la incorporación de parte de sus miembros a la principal organización criminal de Brasil, denominada Primer Comando de la Capital».

En tanto, el Comando Vermelho (CV), nacido en la década del ’80 en las cárceles brasileñas, es el grupo criminal más antiguo de ese país. Según detalla Insight Crime, comenzó con delitos menores, como asaltos y robos a bancos, pero luego incursionaron en el comercio de la cocaína, trabajando con carteles de droga colombianos y asumiendo un rol de liderazgo social en muchos barrios marginados de Río de Janeiro.

México

El Cartel de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación (JNG) son hoy en día dos de los carteles más poderosos de México, y ambos han extendido sus tentáculos hacia múltiples partes del globo, incluyendo Chile. El primero, es considerado como la organización de narcotráfico más grande y poderosa del hemisferio occidental, con alta penetración en la institucionalidad, con conexiones con la policía y el ejército.

Según un estudio de AthenaLab, el cartel se originó por un grupo de familias que comenzaron a traficar marihuana, lideradas por Pedro Avilés y Joaquín «el Chapo» Guzmán. En tanto, Jalisco Nueva Generación surge como un brazo escindido del Cartel de Sinaloa en 2010, después de la muerte de la muerte del capo Ignacio Coronel, alias «Nacho» y la captura de Óscar Nava Valencia, alias «El Lobo». También dedicada al narcotráfico, esta organización cuenta con un alto poder de fuego, que incluye vehículos blindados y tropas en uniforme.

El reporte del Observatorio de Narcotráfico de 2021 ya detallaba los esfuerzos de estas organizaciones por instalarse en Chile, tendencia que continúa. Entre ellas, menciona que en 2020 la PDI detectó que se intentó ingresar por el puerto de San Antonio 3.505 kilos de marihuana prensada, provenientes del terminal marítimo de Manzanillo, principal puerto del estado de Colima (México) y escenario de violentos enfrentamientos. En 2021, hubo al menos tres embarques desde dicho puerto y de Lázaro Cárdenas con el mismo destino en la quinta región.

En cuanto al Cartel de Sinaloa, en marzo de 2021 se reportó que integraron realizar un fallido tráfico de 665 kilos de cocaína operado desde Chile con destino al puerto de Rotterdam, en Holanda. La operación terminó con la detención de los hermanos Yolanda y Ricardo Salazar Tarriba; fue éste el primero en llegar al país en 2020, a través de un paso no habilitado, para asentarse en Iquique y luego en Santiago.

Centroamérica

La Mara Salvatrucha, también conocida como MS13, es una de las pandillas de Centroamérica más conocidas, con gran preponderancia en El Salvador, Honduras y Guatemala, aunque sus redes llegan hasta Europa.

La particularidad es que MS13 nació en la década de los ’80 en los barrios de refugiados de Los Ángeles, y su gran presencia en Centroamérica obedece a la masiva deportación desde Estados Unidos.

Sus integrantes son reconocidos por utilizar tatuajes en su cuerpo que simbolizan historias de vida o el tiempo que han estado en prisión a causa de los crímenes que protagonizan. Su principal actividad es la extorsión, narcotráfico, contrabando de armas, secuestro, robo y asesinatos por encargo, entre otros.