Cerca de 1.300 ciudadanos venezolanos cruzan diariamente la frontera de Tumbes en busca de mejores condiciones económicas y de salud, o por razones de reunificación familiar en Perú. Para algunas familias venezolanas que logran llegar al país les tomó entre 3 a 9 días el viaje desde Venezuela, y una de las primeras situaciones que se evidencia es la inseguridad alimentaria con que llegan los niños.
Por ejemplo, en una evaluación nutricional a 317 niños menores de 5 años que ingresaron por el Centro Binacional de Atención Fronteriza (Cebaf) Tumbes, Unicef Perú halló que solo 14% de menores de 2 años consumió un día antes el número de comidas que necesita de acuerdo a su edad. Mientras que la mediana de comidas de niños mayores de 2 años fue solo de 2. Cuando el niño no lacta, debe consumir 4 comidas consistentes al día, si tiene entre 6 y 8 meses estas deben ser 2 al día, y cuando tiene entre 9 a 24 meses (2 años), deben ser 3 comidas consistentes diarias.
«Lo que se ha encontrado es que efectivamente hay una situación de inseguridad alimentaria por el viaje largo que hacen desde Venezuela. Como medidas protectoras hallamos que las mamás han mantenido o reiniciado la lactancia para los niños, pero también vimos que por las condiciones higiénicas del viaje muchos niños llegan con diarrea o infecciones respiratorias», dijo Olga Isaza, representante adjunta de Unicef Perú.
De acuerdo con los análisis hechos por Unicef en el Cebaf Tumbes, el índice de desnutrición aguda (DA) de los menores migrantes venezolanos es 3,2%, pero también hay grupos de edades (2-4 años), donde se supera 5% de DA. En lo que va del año, 5.000 niños venezolanos han sido atendidos en el puesto fronterizo.
Situación de estrés
El largo trayecto desde Venezuela supone que los niños han tenido que pasar también por condiciones muy duras para ellos y sus familias. »Vienen además con condiciones de salud mental afectadas, es un viaje estresante porque su situación de salida es estresante», comentó la representante de Unicef Perú.
Entre los resultados del estado de salud de los niños migrantes venezolanos, 4 de cada 10 presentó fiebre, diarrea o tos en los últimos tres días, y un tercio de ellos recibió algún tratamiento antiparasitario en el último año.
Isaza recomendó que en situaciones de estrés es importante estar atentos a que los niños no sean violentados. «Es importante hablar con los niños, dejar que expresen lo que están sintiendo, entender que hay días donde pueden estar muy tristes por lo que han dejado. No hay que negar que hay una situación de cambio, hay que permitir que se expresen los sentimientos y empezar a abrir luces hacia el futuro», agregó.
Menores sin compañía
Sobre los casos de menores de edad que llegan sin compañía desde Venezuela, es decir sin familiares directos, Unicef informó que estas situaciones se siguen presentando.
«Hay adolescentes que tienen hijos, entonces ellos mismos buscan salir para mejorar las condiciones de su familia. En general, los niños no acompañados son adolescentes. El flujo de ingreso no ha aumentado», dijo Isaza.
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