Conforme América Latina lucha para hacer frente a la marea de personas que huyen de Venezuela, el Banco Mundial está tranquilizando a los gobiernos y dice que los beneficios económicos de la inmigración superarán cualquier aumento en la demanda de servicios públicos.
«Invitamos a los países a ver esto como una oportunidad», dijo Alberto Rodríguez, director del banco para Venezuela, Perú, Ecuador, Chile y Bolivia, en una entrevista en Lima. «Los inmigrantes pueden reactivar las economías de muchas maneras: pueden aportar innovación, ideas e inversión, así como habilidades y experiencia».
Los gobiernos de la región han recurrido al Banco Mundial en busca de asesoramiento sobre cómo gestionar el flujo de miles de inmigrantes que huyen de Venezuela a diario para escapar de la hiperinflación y la escasez de alimentos básicos y medicinas.
Desde 2017, aproximadamente 800.000 venezolanos han migrado a Colombia, cerca de 300.000 se han establecido en Perú y más de 160.000 en Chile, de acuerdo con una declaración del 18 de mayo del llamado grupo de países de Lima.
El banco con sede en Washington está ofreciendo asistencia técnica a algunos países para gestionar la llegada de inmigrantes y ha instado a los países a reforzar servicios como atención médica y educación en áreas donde se están asentando los recién llegados para aliviar la fricción con la población existente, expuso Rodríguez en una entrevista en Lima.
El banco también fue invitado por Perú a evaluar las repercusiones económicas del éxodo para el Grupo de Lima, dijo Rodríguez.
«Cuando se mira este fenómeno desde una perspectiva económica más amplia para una nación entera, tiene algunas externalidades positivas», manifestó Rodríguez.
El director del banco dijo que la institución estaría dispuesta a contribuir a un fondo para apoyar a los inmigrantes venezolanos si los gobiernos deciden establecer uno. La idea se abordó en la Cumbre de las Américas el mes pasado, puntualizó.