El número de peticiones de refugio de venezolanos en Brasil saltó en un 245% en el último año, desde 17.685 en 2017 hasta 61.681 en 2018, según el informe «Refugio en Números», divulgado este miércoles por el Ministerio de Justicia.
El aumento de las solicitudes hizo que los venezolanos pasaran a representar el 52% del total histórico de extranjeros que ha solicitado refugio ante el gobierno brasileño, además del 77 % de los que lo hicieron el año pasado, según el estudio.
Por detrás de Venezuela, en la lista de países de origen de los que más pidieron refugio en Brasil el año pasado, se ubican Haití (7.030), Cuba (2.749) y China (1.450).
El 81% de las peticiones de refugio de venezolanos el año pasado fue presentado en Roraima, estado amazónico que cuenta con el único paso fronterizo entre los dos países y en donde se ha concentrado la mayoría de los ciudadanos de Venezuela que ingresa a Brasil huyendo de la crisis política, económica y social de su país.
Este estado, uno de los más pobres y menos poblados del país y cuyo gobierno regional tuvo que declarar estado de emergencia para poder atender a los venezolanos que huyen hacia Brasil, recibió el 63 % del total de nuevas peticiones de refugio en el país en 2018.
Según los datos de la Oficina del Alto Comisariado de las Naciones Unidas para los Refugiados, que colaboró en la elaboración del informe, cerca de 4 millones de venezolanos abandonaron su país en los últimos años para huir de la crisis.
El aumento del número de peticiones, la falta de personal y de equipos del Comité Nacional para los Refugiados, así como la burocracia exigida para el trámite, impidió que el Gobierno brasileño atendiera las solicitudes a la misma velocidad.
La Conare tan solo le otorgó el estatus de refugiados a 5 venezolanos el año pasado, número que saltó a 224 en lo que va de 2019.
«Son números bajos pero fueron los posibles dentro del criterio de persecución subjetiva», dijo el coordinador general del Conare, Bernardo Laferté, al aclarar que el estatus se concede a personas que huyeron de su país de origen por «fundados temores de persecución» por motivo de su raza, religión, nacionalidad, opinión política o pertenencia a un determinado grupo social.
«La Conare usa el criterio de persecución subjetiva tras dar por hecho que en Venezuela hay una violación masiva, grave y generalizada de los derechos humanos», agregó.
Los números del estudio no incluyen los miles de venezolanos que en lugar del refugio solicitan la residencia en Brasil, una herramienta prevista en los acuerdos del Mercosur con las naciones andinas.
De acuerdo con la Policía Federal, en abril de este año Brasil contaba con 75.220 venezolanos con residencia permanente en el país.
Para atender la crisis generada por la concentración de miles de refugiados en Roraima, el gobierno de Brasil inició en abril del año pasado un proceso de «interiorización» para enviar a cientos de venezolanos a otras ciudades del país, en donde se les ofrece por un período vivienda, capacitación y una renta mínima.
Al menos 15.000 venezolanos fueron beneficiados con esta política y trasladados a otras regiones del país, en su mayoría hacia los estados de Amazonas (1.836), Sao Paulo (1.296) y Río Grande do Sul (1.095), según los datos del Ministerio de Justicia.
Según el informe, en los últimos ocho años Brasil recibió un total de 206.737 peticiones de refugio, en su gran mayoría desde 2016.
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