Paraguay dejará a finales de mes la presidencia pro tempore del Mercosur tras un semestre marcado por la llegada del coronavirus a la región y pasará el testigo a Uruguay, con el reto de mejorar la unión aduanera del organismo e integrarlo en un escenario mundial pospandemia, cuando se cumplirán 30 años de su fundación.
El canciller de Paraguay, Antonio Rivas, adelantó este martes, en entrevista a Efe, que la pandemia será el tema central de la Cumbre de Presidentes del Mercosur, que se celebrará entre el 29 de junio y el 2 de julio por videoconferencia a causa del cierre de fronteras.
«Nos preocupa la situación regional y la situación mundial de esta pandemia. Es una cuestión que afecta a casi todos los países y a nivel regional claro que nos preocupa, nos preocupa mucho y brindamos toda nuestra colaboración para poder trabajar en conjunto a nivel Mercosur», comentó Rivas.
Rivas aseguró que, en el caso concreto de Paraguay, existe «mucha coordinación» entre los presidentes Mario Abdo Benítez y Jair Bolsonaro, cuyo país se aproxima a los 45.000 fallecidos por coronavirus frente a los 12 de Paraguay.
Presencia virtual de Borrell
Durante los últimos seis meses, bajo la presidencia paraguaya, el bloque suramericano mantuvo los contactos con la Unión Europea (UE) para terminar de pulir el acuerdo de libre comercio que Rivas confía en firmar a finales de año.
La importancia de ese acuerdo para el Mercosur quedará patente durante la Cumbre de Presidentes, en la que participará el alto representante de la UE de Política Exterior, Josep Borrell, durante la sesión del 2 de julio.
«Para nosotros va a ser muy importante porque va a ser la primera vez que alguien del nivel de Borrell participe en esta reunión (…) Su participación tiene también mucho que ver con la finalización del acuerdo UE-Mercosur», aseguró el canciller.
La negociaciones para ese acuerdo finalizaron hace un año, tras dos décadas de conversaciones, y la próxima semana volverán a encontrarse ambos bloques para culminar la revisión legal.
Tras ese paso, deberá traducirse a los diferentes idiomas de ambos bloques, proceso que podrá demorarse unos cinco meses, para pasar después a la aprobación de los parlamentos.
Tres décadas con tareas pendientes
El Mercosur cumplirá 30 años de funcionamiento en 2021 y, a pesar de la experiencia y la trayectoria, el bloque suramericano todavía tiene «mucho por trabajar» para alcanzar un «Mercosur cohesionado hacia dentro y fortalecido hacia fuera».
«Tenemos mucho camino. Tenemos todavía el objetivo de crear fortalezas necesarias para que sea una unión aduanera completa. Hoy tenemos una unión aduanera imperfecta. Entonces, el objetivo es crear una unión aduanera y buscar crecer, como siempre dijimos, a imagen y semejanza de la UE», insistió Rivas.
Para el canciller, el fortalecimiento del bloque también implica una apuesta por «la cooperación y la solidaridad» ante las complicaciones y las tensiones que puedan surgir en el mundo como consecuencia del coronavirus.
«La búsqueda de crear mejores oportunidades para la ciudadanía es un objetivo trascendental y, en esta situación, una de las principales metas es que cuidemos los puestos de trabajo de los ciudadanos», apuntó.
De igual modo, Rivas descartó que el proteccionismo vaya a ser uno de los efectos inmediatos de la crisis del coronavirus y manifestó confianza en el multilateralismo económico y comercial.
«Con un mundo globalizado es muy difícil que uno mire hacia dentro y se cierre. El comercio externo y el tema de las inversiones son factores fundamentales en el desarrollo de un país, todo lo que produce interno tiene que colocarlo fuera, tiene que recibir divisas del extranjero… Eso marca el objetivo principal del Mercosur», recalcó.
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