Entre 2015 y 2017 el número de inmigrantes venezolanos en Latinoamérica pasó de 89.000 a 900.000 personas, lo que representa un incremento de más de 900%, según informó el viernes la Organización Internacional de las Migraciones (OIM).
En todo el mundo la inmigración venezolana creció en ese mismo periodo casi 110%, al pasar de 700.000 personas a 1,5 millones, según la misma fuente. “Estos números representan una de las más importantes crisis migratorias que hemos vivido en los últimos años, pero está siendo bien gestionada gracias a la solidaridad de los países vecinos”, afirmó en la rueda de prensa bisemanal de la ONU en Ginebra el portavoz de la OIM Joel Millman.
La mayoría de los venezolanos han emigrado a Colombia, Brasil, Chile, Argentina, Ecuador, Perú y Uruguay, aunque la organización no proporcionó datos disgregados por países. La mayoría de los venezolanos que entran a Colombia lo hacen por Cucuta; en Brasil por el estado de Roraima; en Ecuador en Rumichaca; en Perú en Tumbes; y en Chile por Tacna.
La mitad de los que han llegado a países latinoamericanos han logrado permisos de residencia permanentes o temporales, “lo que hay que elogiar porque no es algo que ocurra a menudo”, enfatizó Millman.
Según los datos proporcionados por el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), hasta el 26 de abril 170.169 venezolanos habían pedido ser considerados solicitantes de asilo globalmente, 24.000 de ellos en Brasil. “Pero muchas otras personas están obtenido visados humanitarios u otros tipos de permisos de residencia”, afirmó el portavoz de Acnur Andrej Mahecic.
Precisamente, esta semana la OIM llevó a cabo la segunda tanda de reubicaciones desde el estado de Roraima hasta otros puntos de la geografía brasileña para poder descongestionar este estado fronterizo con Venezuela, que hasta abril había registrado a 43.000 venezolanos. En total, fueron 236 venezolanos que fueron trasladados desde la ciudad de Boa Vista hasta las urbes de Manaus y Sao Paulo.
Este contingente se suma a otro de 265 venezolanos que fueron reubicados en Sao Paulo y en Cuiba en abril. Tanto la OIM como Acnur están ayudando a las autoridades brasileñas a gestionar la identificación de los inmigrantes y a asegurarse que éstos obtienen asistencia de salud y alojamiento.
Por su parte el Programa Mundial de Alimentos (PMA) recordó que ha hecho una llamamiento de emergencia de 46 millones de dólares para poder distribuir alimentos de emergencia a 350.000 personas a través un programa de distribución tarjetas cargadas con dinero para que los inmigrantes puedan comprar comida.