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Las cuentas pendientes de América Latina, según tres expresidentes

Por AFP
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América Latina comparte los valores de Occidente pero necesita a China y arrastra lastres como la lucha contra las drogas, la pobreza y un estado de derecho débil, opinan los expresidentes Luis Alberto Lacalle, Ernesto Zedillo y Juan Manuel Santos.

«Los latinoamericanos debemos aceptar que hemos fracasado en el intento de que las economías y sociedades alcanzaran los niveles de los países más desarrollados», afirmó el miércoles el mexicano Ernesto Zedillo en un simposio en Georgetown Americas Institute, en Washington, sobre los desafíos y oportunidades de la región.

Se ahoga en tres pozos: «Un crecimiento mediocre», debido a la baja productividad, «la pobreza y desigualdad» y «un estado de derecho débil», enumera Zedillo, quien exceptúa tres buenos alumnos, Uruguay, Chile y Costa Rica.

Todo ello en un contexto global desafiante agravado por el hecho de que muchos de los países latinoamericanos están regresando al pasado, a gobiernos autoritarios, autocráticos, despóticos que no creen en el estado de derecho, ni en las instituciones, añadió.

Para ponerle remedio, él propone un enfoque holístico para estos tres pozos, con soluciones intermedias.

«Algunas personas están interesadas en el estado de derecho y la seguridad pero no quieren pagar impuestos y otros quieren preservar sus privilegios, como ocurre a veces con algunos sindicatos», sostuvo. «Defienden tanto esos derechos que no permiten que otros tengan el mismo derecho», afirmó Zedillo, que estuvo al frente de México seis años (1994-2000) por el Partido Revolucionario Institucional (PRI).

Lacalle recordó que no existe una sola América Latina, por lo que es muy difícil aplicar una fórmula única al tipo de relaciones que deben y pueden tener.

Y lo es especialmente en la actualidad, cuando China y Rusia están moviendo las piezas en el tablero de ajedrez, dijo.

Valores o prosperidad

Ucrania acapara minutos en la televisión pero lejos de allí hay otras tensiones y emergencias, recordó, y citó el caso de Venezuela, dirigida por Nicolás Maduro y, según él, colonizada por Cuba, que se mete en el gobierno.

Lacalle está convencido de que se está formando una tormenta en Venezuela y porque no son solo amigos aliados sino que Cuba se introduce en el servicio de inteligencia.

Luis Alberto Lacalle | FOTO AFP

El resto de Latinoamérica tiene, dijo, una relación muy importante con China, un socio comercial clave para la región.

«Si nos ponemos del lado de los valores, por supuesto que estamos con Estados Unidos, con la Unión Europea y la civilización cristiana, pero por otro lado la realidad del comercio y la prosperidad viene de la relación con China», resume, insistiendo en que los países pequeños como el suyo deben anteponer sus intereses.

Lacalle, un conservador que dirigió Uruguay entre 1990 y 1995 y cuyo hijo Luis Lacalle Pou preside ahora ese país, insistió además en la importancia de la legitimidad política, no solo de origen, con elecciones justas, sino en el ejercicio del poder, respetando la ley.

Tanto Zedillo como Lacalle acudieron en persona al acto, pero Juan Manuel Santos lo hizo de forma virtual.

«Sufrimos lo que sufren casi todas las democracias muy profundamente, una polarización crítica que resta eficacia», empezó diciendo el expresidente colombiano conservador y premio Nobel de la Paz 2016.

«Sabiduría»

Esta polarización se exacerbó, según él, con la pandemia y por la guerra contra las drogas.

«Hoy uno de los principales desafíos de la región es que estamos perdiendo esta lucha antidroga», afirmó Santos, quien durante su mandato (2010-2018) ya pidió otro enfoque frente a este problema.

«Creo que en este momento toda América Latina debería juntarse y discutir esto y hacer una propuesta al resto del mundo porque es un problema muy, muy grande que tenemos que abordar siendo más pragmáticos, regulando las drogas y quitándole el dinero al crimen organizado», pidió.

Santos también echa en falta en la región un liderazgo que espera que supla el izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva, vencedor de las elecciones presidenciales en Brasil.

Él puede aportar, según Lacalle, sabiduría porque Brasil es políticamente muy sabio. «No creo que vaya a ser un presidente radical», dice, porque es su segunda oportunidad y la última.

El expresidente estadounidense Bill Clinton debía cerrar la jornada con una reflexión sobre América que se postergó debido a que contrajo el covid-19.

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