El ex presidente de Ecuador, Rafael Correa, enfrenta una orden de captura que podría llevarlo de vuelta a su país con esposas desde Bélgica, donde reside desde que dejó el poder en el 2017.
El caso que enreda a Correa ocurrió en Colombia y lo relaciona presuntamente con el secuestro de un opositor.
1. La acusación
El ex diputado opositor Fernando Balda acusa a Correa de ser el autor intelectual de su intento de secuestro en el 2012, mientras estaba refugiado en Bogotá.
El ex legislador del Partido Sociedad Patriótica (PSP) sostiene que cinco personas lo subieron a la fuerza a un automóvil, pero la policía colombiana interceptó el vehículo y logró su inmediata liberación.
En el marco de la investigación, una jueza determinó que Correa debía presentarse el lunes último y en adelante cada 15 días en la Corte Nacional de Justicia (CNJ) en Quito.
Sin embargo, Correa cumplió con la diligencia en el consulado de Ecuador en Bélgica, aduciendo convenciones internacionales y leyes nacionales para ejercer sus derechos como ecuatoriano residente en el exterior.
Pero la Fiscalía consideró que el ex presidente incumplió la disposición y pidió su prisión preventiva por los delitos de asociación ilícita y secuestro. La justicia aceptó el pedido y solicitó a la Interpol su ubicación con fines de captura y extradición.
2. La defensa
Correa es el más alto funcionario en ser vinculado a este caso, por el que también hay tres agentes de inteligencia y un ex comandante de la policía detenidos.
Además, pesa una orden de prisión y un pedido de extradición sobre un ex jefe de la Secretaría Nacional de Inteligencia que está en España.
El ex gobernante, quien se mudó a Bélgica en el 2017 tras una década en el poder, denuncia una «persecución política y judicial», en medio del duro enfrentamiento que libra con su sucesor y ex aliado, Lenín Moreno.
En su primera declaración voluntaria, Correa negó en Bruselas conocer a los policías implicados en el caso.
El ex mandatario ha expresado en su cuenta de Twitter que «todo es un vulgar montaje» y que «jamás podrán mostrar una sola prueba» de su participación en la organización del secuestro.
Tras conocerse el fallo de la CNJ, el ex presidente tildó de «grave atropello a la justicia» y sus derechos la decisión de la jueza Daniella Camacho.
«Yo estoy bien. No se preocupen. Buscarán humillarnos y hacernos pasar un mal rato, pero una monstruosidad así jamás prosperará en un Estado de Derecho como Bélgica», escribió Correa en Twitter.
3. Las opciones de Correa
El denominado ‘caso Balda’ aún se encuentra en etapa de instrucción fiscal, por lo que queda la posibilidad de que el ex presidente sea sobreseído antes de que la Corte Nacional de Justicia llame a juicio.
Para que pueda ser enjuiciado, Correa deberá estar en Ecuador, pues el secuestro es un delito por el cual la ley ecuatoriana impide el proceso en ausencia.
Si no es detenido o no se presenta al eventual juicio, el proceso quedará en suspenso y prescribiría en seis años.
La defensa de Correa aún puede pedir la sustitución o revocatoria de la prisión preventiva. Sin embargo, el ex presidente ya incumplió la disposición de presentarse periódicamente ante la autoridad en Quito.
«Veo poco probable que la medida sea revocada, pero jurídicamente tiene todavía esa alternativa», dijo a la AFP el constitucionalista Juan Francisco Guerrero, catedrático de la privada Universidad Católica del Ecuador.
Correa también ha anticipado la posibilidad de solicitar asilo en Bélgica, de donde es su esposa.
«Para eso él debería demostrar que se trata de un perseguido político y cumplir los requisitos que Bélgica imponga para el efecto», apuntó Guerrero.
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