La historia de la joven mexicana Dalia de Valdivia y de su familia parece estar signada por la falta de solidaridad y el comportamiento inhumano de algunos funcionarios públicos.
El derrotero de Dalia comenzó en el momento que tuvo que dar a luz a su hija dentro del auto de su esposo, porque le negaron atención médica en el Hospital Comunitario de Magdalena de Kino, en el estado mexicano de Sonora.
Pero el triste historial de negaciones a las que fue expuesta esta mujer no terminó allí. Tras el nacimiento de su hija, regresó a pedir ayuda al mismo centro médico para que atendieran a la recién nacida porque presentaba problemas respiratorios.
Esta vez sí fue recibida en el centro de salud, aunque la sorpresa llegaría cuando personal del hospital conectó a su hija a un contenedor de agua que era utilizado como una especie de incubadora, según denunció en Facebook Nohemí Hernández de Valdivia, la abuela de la bebé.
De acuerdo con la información publicada por el diario mexicano Excelsior, los médicos improvisaron con un contenedor de agua una cámara cefálica, instrumento utilizado para brindar oxigenación a los recién nacidos.
La denuncia, dirigida a diversas autoridades, relata que los hechos se registraron el pasado lunes 11 de febrero, cuando el hijo de la denunciante, José Luis Valdivia, y su nuera Dalia de Valdivia, acudieron al hospital, porque la mujer estaba con trabajos de parto. «Para sorpresa y desesperación de mis hijos, una mujer que estaba ahí en urgencias, al parecer recepcionista, le dijo que no la podía aceptarporque no había cupo».
Nohemí Hernández relató que al ir en el auto, su nuera se dio cuenta que ya no alcanzaría a llegar a ninguna parte, pues la bebé anunciaba su salida con tan fuertes dolores, por lo que su hijo tuvo que parar el auto y recibir a su pequeña en ese momento.
“Mi hijo tomó a su mujer y a su niña y se devolvió al Centro de salud dispuesto a todo para que las atendieran y al verles las ingresaron, cuando ya la niña iba con tan baja temperatura que tuvieron que meterla a la incubadora, desarrollando un cuadro como de neumonía y con un quejido y flemas que según los médicos podía ser agua en sus pulmones. La niña nació respirando bien y llorando bien y seguramente fue la baja temperatura ambiental que sacudió su salud por tan repentino cambio”, explicó Hernández al diario El Imparcial.
Tanto la madre como la niña, que pesó 8 libras al nacer , fueron dadas de alta según informaron las autoridades hospitalarias.
Tras conocerse la grave denuncia, la Secretaría de Salud de Sonora realiza una investigación al respecto, informó Ramiro Laguna Montiel, jefe de la jurisdicción sanitaria número 3. Señaló que se agotarán todas las instancias para determinar las responsabilidades necesarias, en dado caso de que haya ocurrido una mala atención.
Montiel explicó que debido al sobre cupo de la unidad de salud, el personal tuvo que improvisar un casco de oxígeno para salvaguardar la vida de la menor.
Mientras tanto, la gobernadora de Sonora, Claudia Pavlovich, ordenó la separación del cargo de la directora del Hospital Comunitario de Magdalena,Rebeca Villa Morales; asimismo, dio instrucciones para que se agilicen las gestiones ante el gobierno federal para que concluya el equipamiento del centro médico.
Si bien la situación generó indignación en la sociedad, algunos médicos del servicio público reconocieron que trabajan en condiciones de precariedad por falta de recursos.
Los cascos cefálicos o cámaras cefálicas se utilizan para brindar oxígeno a un recién nacido, como opción a las incubadoras, tienen un valor en el mercado de dos a cinco mil pesos (103 a 260 dólares).
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