La frontera sur de México vivió el 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, con miles de mujeres migrantes varadas con sus hijos en medio de las crecientes restricciones migratorias de Estados Unidos.
Así lo refleja la ecuatoriana Estela Jhoanny López, una joven de 19 años de edad, quien yace en el suelo con sus tres hijos enfermos, dos de ellos gemelos de cuatro meses y el más grande de tres años, en Tapachula, municipio fronterizo de México con Guatemala.
“Nosotros estamos pidiendo una ayuda al gobierno mexicano, no tenemos dinero, que nos ayude con los papeles, porque los bebés están delicados de salud”, expresó a EFE.
En el sureño estado de Chiapas, ella y sus hijos cargan un cartón en el que piden ayuda: “Por favor, colabore para pañales de los niños”.
Migración con rostro de mujer
López representa el rostro de la mujer migrante, que deja su país con su familia, sin importar los riesgos.
México registró un aumento anual de más de 34% en las mujeres migrantes en situación irregular en 2022, cuando detectó 136.080, más de la tercera parte de ellas en Chiapas, según la Unidad de Política Migratoria de la Secretaría de Gobernación.
La Segob también destacó un crecimiento de 48,4% en el número de tarjetas de visitante por razones humanitarias de mujeres, que ascendieron a 52.568.
Otro reflejo del fenómeno es Osdarlín Sánchez, originaria de Venezuela, quien migró de su país con tan solo 27 años embarazada de seis meses y acompañada de su esposo e hija.
A Tapachula llegó hace seis días ya con casi nueve meses de embarazo, pero ahora enfrenta la misma situación que miles de venezolanos que han pasado por la frontera sur de México, donde quedan atrapados porque Estados Unidos deporta de inmediato a los ciudadanos de Venezuela llegan por tierra desde el año pasado.
Uno de los principales problemas que enfrenta en Tapachula, es la falta de un permiso migratorio, principalmente por su embarazo.
“Cuando llegué a la plaza de Tapachula, Migración (el Instituto Nacional) estaba recogiendo a las familias para darles los permisos, pero me dijeron que no podían llevarme porque estaba embarazada”, denunció.
En este Día Internacional de la Mujer, esta migrante dijo que todas las mujeres son iguales sin importar su nacionalidad.
«Sería primordial darnos un permiso para poder avanzar, porque no buscamos quedarnos en Tapachula”, insistió.
En este contexto, la Fundación Chiapaneca de Mujeres Migrantes remarcó que nueve mujeres de cada 10 migrantes son víctimas de violencia, sobre todo quienes vienen de los países centroamericanos como Honduras y El Salvador.
«El índice de violencia contra la mujer está desbordado, donde el número de mujeres que vienen buscando refugio es grande, ahora llegan más mujeres con hijos y adolescentes, por los problemas en sus países», explicó Fabiola Díaz, presidenta de la fundación en Chiapas.
Señaló que las mujeres de los países de origen a veces deben tomar pastillas anticonceptivas para no quedar embarazadas de violaciones de sujetos del crimen organizado o de los «coyotes», traficantes de migrantes.
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