José Luis Aduén Uribe, que se hacía pasar por un fraile franciscano, fue detenido este lunes por mantener cautivos a 60 venezolanos que emigraron a Barranquilla y eran explotados sexualmente.
Gracias a una víctima que logró escaparse, las autoridades encontraron dos viviendas en las que estuvieron encerrados hombres, mujeres, transexuales y menores de edad que eran obligados a tener realciones sexuales frente a cámaras web, y vivían bajo condiciones precarias: dormían aglomerados en habitaciones pequeñas bajo llave, encima de unas sábanas y no recibían el pago prometido.
«Teníamos que desnudarnos y hacer lo que los clientes nos pedían; supuestamente 15% de las ganancias iban a ser destinadas para los servicios y el wifi. A los 15 días, el hombre cambió con nosotros y se volvió mezquino. Nos pagaba 50% de lo que produjéramos. Es decir, de los 70 mil pesos (22,5 dólares) diarios que hacíamos, la mitad eran para él y la otra para nosotros», dijo uno de los venezolanos para el medio colombiano El Heraldo.
El falso fraile publicaba fotos en las que aparentaba ser un hombre de caridad en sus redes sociales, pero el título de franciscano lo perdió en 2014 por no cumplir con los estatutos.
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