La fiscalía de Colombia pedirá una «condena ejemplar» de hasta 50 años de cárcel para Francisco Correa, presunto cerebro del asesinato del fiscal paraguayo Marcelo Pecci durante su luna de miel en una playa, informó el organismo este viernes.
Correa, según la prensa colombiana, es un militar retirado de 43 años de edad vinculado a una banda del crimen organizado.
El acusado no aceptó los cargos, mientras que a sus cómplices los condenaron a 23 años de prisión cada uno por el asesinato de Pecci el 10 de mayo en una playa de la isla Barú.
Colombia pide condena ejemplar por crimen de Pecci
En su escrito de acusación, la fiscalía señaló que pedirá un pena «ejemplar» de entre 40 y 50 años contra Correa en el juicio que comenzará el 19 de septiembre.
El acusado deberá responder por homicidio agravado y porte ilegal de armas.
De acuerdo con la información, el fiscal del caso presentó «material probatorio» que evidenciaría que Correa «coordinó» el desplazamiento de los sicarios.
En Cartagena, Correa también contactó a una pareja para que le siguiera los pasos al fiscal paraguayo.
Entregó dinero, arma y coordinó logística de asesinato
Según la fiscalía, el acusado entregó «el dinero, el arma y coordinó la logística» para perpetrar el asesinato.
La justicia todavía no ha determinado quiénes fueron los autores intelectuales.
Sin embargo, el presidente de Colombia, Gustavo Petro, se hizo eco de una investigación según la cual el crimen lo ordenó el narcotraficante uruguayo Sebastián Marset, de 31 años de edad, prófugo de la justicia uruguaya y paraguaya.
En Twitter, Petro compartió un artículo del portal Rebelion.org en el que se señala como responsable al «clan Insfrán, red de tráfico de cocaína comandada por Miguel Ángel Insfrán Galeano y el uruguayo Sebastián Marset Cabrera».
Correa busca cooperar para evitar extradición
De acuerdo con la publicación, Correa «busca cooperar con la DEA estadounidense y con la Fiscalía General colombiana para evitar su extradición a Estados Unidos».
Pecci, investigó a bandas de Brasil, además de lavadores de dinero libaneses de la Triple Frontera de Paraguay, Brasil y Argentina.
También estuvo a cargo de casos sonados como el secuestro y asesinato en 2005 de la hija del expresidente paraguayo Raúl Cubas (1998-1999), así como el enjuiciamiento en 2020 del astro del fútbol Ronaldinho por falsificación de documentos.