El parlamentario y exprimer ministro Guido Bellido declaró este viernes que el expresidente Pedro Castillo «no recuerda» haber leído el mensaje a la nación en el que ordenó el cierre del Congreso y la instalación de un gobierno de emergencia e insinuó que pudo haber sido drogado para hacerlo, después de haberlo visitado en el penal en el que está detenido desde el miércoles.
Consultado por los periodistas, Bellido dijo que «el presidente no recuerda, «él me lo ha dicho con sus propias palabras», y que no dudó en calificar el mensaje leído por el entonces presidente como un golpe de Estado, por lo que pidió saber quién lo ha escrito.
«Esa es la respuesta del presidente y hay que respetar. Es raro que un presidente, que no iba a ser vacado (destituido) por falta de votos, termina dando los argumentos para su vacancia», expresó el legislador independiente.
Estado psicológico de Castillo
«El estado psicológico de Castillo al leer el mensaje a la nación evidencia que no se encontraba dentro de sus facultades», escribió en Twitter.
Agregó que la situación hace presumir que al exmandatario se le indujo a hacerlo, por lo cual urgió a realizar «una prueba toxicológica». También pidió al Ministerio Público acceder a las cámaras de seguridad de palacio.
El Congreso tenía previsto recibir a Castillo en el pleno el miércoles para que hiciera su defensa por la moción de vacancia (destitución) presentada en su contra por las denuncias de presunta corrupción abiertas en su contra, y a la luz de nuevos testimonios incriminadores.
Sin embargo, Castillo se adelantó a esa sesión plenaria y dirigió un mensaje a la nación en el que anunció la disolución del Parlamento.
Decisión del exgobernante
Bellido añadió que Castillo se dio cuenta de la gravedad de sus palabras cuando sus ministros comenzaron a renunciar uno tras otro.
«Necesitamos la libertad del profesor Pedro Castillo. Vamos a exigir que el presidente, en libertad, diga su verdad al país», declaró el legislador a la prensa.
En esta jornada, varios de los exministros de Estado acudieron a la fiscalía como testigos en el proceso abierto contra Castillo por el presunto delito de rebelión. Al menos dos de ellos declararon a los periodistas que no conocían sobre la decisión del exgobernante.