Un experimento social realizado por una venezolana en Perú muestra el acoso al que son sometidas muchas mujeres extranjeras y de ese país que trabajan como vendedoras ambulantes.
La mujer, apodada como “Sonia”, salió a vender queques (nombre con el que se le conoce en Perú a los ponqués o tortas) y grabó todas las reacciones que recibió de varios hombres que la invitaban a salir o montar en su carro “a dar una vuelta”, reseñó el canal peruano América TV.
Muchos de los peruanos también le pidieron el número de teléfono y la dirección a cambio de comprarle toda la mercancía. Uno de ellos incluso le aclaró que no la iba a violar si salía con ella.