Pedro Felipe Ramírez y Rolando Drago Rodríguez, exembajadores de Chile en Venezuela, rechazaron la expulsión de los migrantes venezolanos que llegan a su país pidiendo refugio.
«Manifestamos nuestro profundo rechazo e indignación ante el criminal acto de expulsión de más de un centenar de hermanos latinoamericanos que después de un largo y penoso viaje, llegaron solicitando refugio ante el drama que viven en su tierra», indicaron los diplomáticos en una declaración pública con fecha del 14 de febrero.
Ex Embajadores de Chile en Venezuela rechazan el trato recibido y la expulsión administrativa de ciudadanos de ese país desde el norte de Chile pic.twitter.com/aZwilZDDYr
— Cristian Barros (@cristianbarrosm) February 15, 2021
Ramírez y Rodríguez recordaron en la carta que los más de 5 millones de venezolanos que han emigrado lo han hecho obligados por la crisis de servicios básicos, el hambre y la dictadura. «Emigrar es un derecho humano que está reconocido universalmente en múltiples convenios internacionales y que han sido suscritos también en nuestro país, de modo que la acción llevada a cabo por el gobierno no solo es inhumana y cruel sino también ilegal», señalan.
«El que haya ingresado irregularmente a Chile se debe a que ha sido precisamente este gobierno el que, después de invitarles a través de la pomposa y engañosa ‘visa de responsabilidad democrática’, le ha cerrado las puertas estableciendo barreras prácticamente imposibles de superar por el venezolano medio», agregan.
Los diplomáticos pidieron disculpas a los venezolanos por las acciones emprendidas por el gobierno chileno y solicitaron que se respeten los convenios internacionales. «Hacemos responsables de esta mancha histórica al gobierno que preside Sebastián Piñera y a sus ministros de Relaciones Exteriores e Interior, formulamos un llamado a que se enmiende esta política de manera que se respeten las normas internacionales y se reitere la tradicional posición de nuestro país de dar acogida y oportunidades a quienes buscan rehacer sus vidas», finalizan.
Durante la segunda semana de febrero, Chile expulsó a 138 migrantes venezolanos y colombianos que se encontraban varados en la frontera norte con Bolivia.
La ola migratoria, formada principalmente por venezolanos, provocó desabastecimientos y enfrentamientos entre autoridades y grupos de extranjeros, además del colapso del sistema sanitario por la pandemia, lo que obligó a instalar campamentos para mantener en cuarentena preventiva a los migrantes.
El gobierno chileno autorizó el despliegue de las Fuerzas Armadas para combatir el tráfico ilícito de migrantes en ese punto de la frontera, donde son habituales los «coyotes» o «pasadores» que cobran a los interesados por guiarlos para cruzar de un país a otro.
En Chile, país que hasta el inicio de las protestas de 2019 era muy atractivo para migrar por su estabilidad política y económica, hay 1,4 millones de migrantes, lo que equivale a más de 7% de la población y los venezolanos son los más numerosos, seguidos de peruanos, haitianos y colombianos.
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