A menos de un mes y medio de las fechas fijadas para la Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños y la Unión Europea, con El Salvador como anfitrión, la celebración del cónclave está en duda a causa de la crisis en Venezuela.
Las autoridades salvadoreñas, que reconocieron que es posible que el encuentro se aplace, no explicaron los motivos de esa posibilidad; sin embargo, la polémica generada por la situación venezolana podría llevar a su suspensión definitiva. “Se atraviesa un momento crítico en Latinoamérica por la fuerte convulsión en Venezuela principalmente, así que no se sabe si se aplaza, se suspende o qué decisión se va tomar sobre la celebración de la cita que estaba prevista para los días 27 y 28 de octubre”.
Después la declaración suscrita en agosto por doce naciones latinoamericanas, el canciller salvadoreño, Hugo Martínez, señaló que algunos países solicitaron el aplazamiento de la cumbre en el texto de la Declaración de Lima sobre Venezuela.
Este documento, suscrito el 8 de agosto, refiere: “Teniendo en cuenta las condiciones actuales, solicitarán a la Presidencia pro-tempore de la Celac y a la Unión Europea, la postergación de la cumbre prevista para octubre de 2017”.
El texto condena la ruptura del orden democrático en Venezuela y recoge la decisión de los firmantes de no reconocer a la asamblea nacional constituyente, ni los actos que emanen de ella, por su carácter ilegítimo; también brinda su pleno respaldo y solidaridad a la Asamblea Nacional democráticamente electa.
Mientras crecen las dudas, la agenda de la cumbre ya está retrasada. El 7 y 8 de este mes debió realizarse un encuentro de ciudadanos y las reuniones previas habituales se desdibujan ante el silencio de las autoridades salvadoreñas que remiten a la reunión de cancilleres latinoamericanos en Nueva York el 18 de septiembre, donde se definirá el futuro de la cita.
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