El gobierno de Chile advirtió este domingo que el país no tiene una capacidad «ilimitada» para recibir extranjeros, al referirse al fuerte aumento de venezolanos que intentan ingresar en su territorio.
«¿Hay un límite? Sí, definitivamente hay un límite, el país no tiene una capacidad ilimitada para recibir extranjeros, sean de la nacionalidad que sean, porque, además, es engañarlos», precisó el subsecretario del Interior, Rodrigo Ubilla.
El funcionario añadió en declaraciones al diario La Tercera que, al final, «es invitarlos a que terminen viviendo hacinados, en un gueto, en cualquier parte o ciudad del país y vendiendo cualquier producto en las esquinas».
Ubilla hizo estas declaraciones a pocas horas de haber viajado a la ciudad de Arica, en el extremo norte de Chile, fronteriza con Perú, para supervisar en terreno los pasos fronterizos no habilitados por donde intentaban ingresar cientos de venezolanos.
En este contexto, el subsecretario del Interior explicó que el ingreso de extranjeros al país tiene «un límite», y precisó que no es necesariamente numérico, sino basado en las medidas que se vayan adoptando.
En esta línea recordó que se refuerza la idea de que exista una coordinación entre los países de la región sobre esta materia, porque, a su juicio, Chile ha hecho un «gran esfuerzo» para recibir a migrantes venezolanos en comparación con otros países de América Latina.
Ubilla señaló que los cálculos que tiene el Ejecutivo chileno, si las condiciones en Venezuela continúan, es que al país podrían llegar 300.000 venezolanos.
El subsecretario del Interior reconoció que los flujos migratorios significativos pueden transformarse en factores de crisis para los países que los reciben.
Chile es el tercer país de acogida de venezolanos, con 288.200, quienes se han convertido en la mayor comunidad de inmigrantes del país, con 23% de todos los extranjeros.
Venezuela, el país con las mayores reservas probadas de petróleo en el planeta, atraviesa una crisis que se agudizó en enero, cuando Nicolás Maduro juró un nuevo mandato que no reconocen la oposición y parte de la comunidad internacional y, en respuesta, el jefe del Parlamento, Juan Guaidó, se proclamó mandatario interino.
La magnitud de la crisis hace que por lo menos 5.000 personas abandonen diariamente Venezuela, con lo cual se calcula que los migrantes pueden superar los 7,5 millones el año próximo, según un informe presentado a finales de junio por la Organización de Estados Americanos.