La incertidumbre se apoderó de Bolivia cuando un grupo de militares irrumpió este miércoles en la plaza Murillo, en La Paz, la capital, sede de los poderes Ejecutivo y Legislativo de ese país sudamericano, unas escenas que no se vivían desde la crisis social de 2019 y que por algunas horas hizo rememorar a ese país a hechos similares que marcaron su historia política contemporánea.
En la tarde se reportó la llegada de los primeros uniformados del Ejército al centro político de Bolivia. Y, en cuestión de minutos, los militares comenzaron a dar órdenes para que la gente abandonara el lugar. La situación empeoró cuando el presidente, Luis Arce, publicó un mensaje en sus redes sociales en el que alertó sobre acciones no autorizadas del Ejército cerca de la sede del gobierno.
Lo que vino después fue una tensión que se extendió alrededor de cuatro horas, pero que terminó con los militares y los tanques replegados, así como con la captura del líder del intento de golpe.
Arce encara hoy su peor crisis tras este hecho, el cual eleva aún más la tensión en el país, ya agobiado por la falta de dólares y combustible. ¿Qué fue lo que pasó, por qué fracasó esta intentona de golpe y cómo se enmarca esto en una disputa por las elecciones presidenciales de 2025? Acá le explicamos lo que debe saber.
¿Qué pasó en Bolivia?
En concreto, un grupo de militares, encabezados por el hasta este miércoles comandante general del Ejército de Bolivia Juan José Zuñiga, llegaron fuertemente armados a la plaza en la que está la sede del gobierno de Bolivia y con un tanque tumbaron la puerta, una acción que el presidente Luis Arce calificó como un «intento de golpe de Estado».
Zuñiga amenazó con «cambiar el gabinete de gobierno» después de que el martes en la noche corrieran varios rumores sobre su destitución. Tras unas cuatro horas de tensión, los militares y los tanques comandados por Zuñiga se replegaron.
¿Quién es Juan José Zuñiga y por qué su nombre es clave en Bolivia?
Juan José Zúñiga Macías fue nombrado comandante general del Ejército boliviano en 2022 y ratificado en enero de este año por el presidente Arce. Antes de eso, Zúñiga ocupó el puesto de jefe del Estado Mayor. En su hoja de vida se encuentra una amplia experiencia militar y es experto en labores de inteligencia.
El diario boliviano El Deber lo definió, de hecho, como «el general del pueblo», por su cercanía con sectores mineros y sindicales.
Sin embargo, en el pasado enfrentó acusaciones por haber desviado 2,7 millones de pesos bolivianos (unos 400.000 dólares) de fondos públicos cuando era jefe de un Regimiento de Infantería. Un suboficial lo acusó en 2013 de haberle ordenado desviar esos recursos, que iban dirigidos a financiar pensiones, bonos escolares y viáticos para los militares. Por ese caso, fue sancionado con siete días de arresto.
En 2022, el general Zúñiga fue mencionado por el expresidente boliviano Evo Morales (2006-2019) como el supuesto líder de un grupo dentro del Ejército que ejercía una «persecución permanente» contra dirigentes políticos como él, de izquierda. Ese grupo, en palabras de Morales, era «los Pachajchos». «En cualquier momento este grupo va a montar pruebas, quiero adelantarles, alertar al pueblo», afirmó Morales en ese entonces.
Pero, según exmilitares y el propio Zúñiga, los llamados «Pachajchos» son un grupo que se creó durante el último gobierno de Morales, entre 2014 y 2019, y que se dedica a labores de inteligencia militar.
¿Qué hizo el presidente de Bolivia para controlar la situación y evitar el intento de golpe que denunció?
El intento de golpe de Estado se controló en cuestión de horas. A las 3:51 p.m. hora local el tanque embistió la puerta de la sede del Ejecutivo, y Zuñiga junto a un grupo de soldados entró por siete minutos a la Casa Grande del Pueblo -el edificio de gobierno de Bolivia-, donde estaba el presidente Arce junto a su vicepresidente, David Choquehuanca.
Después de salir, Zuñiga le dijo a los medios que iba a «restablecer» la democracia en Bolivia y que liberaría a «todos los presos políticos», incluyendo a la expresidenta interina Jeanine Áñez y al gobernador opositor Luis Fernando Camacho.
Arce, entonces, confrontó a Zuñiga en la entrada de la sede del Ejecutivo y le ordenó «replegar» los tanques y los militares..
Luego, en una ceremonia exprés, el presidente relevó a toda la cúpula militar y juramentó a los nuevos comandantes de las Fuerzas Armadas, mientras Zuñiga y su grupo militar continuaba frente a la sede del gobierno.
Zuñiga y sus seguidores se replegaron tras el cambio de mandos militares y, momentos después, el destituido jefe militar fue capturado en la sede del Estado Mayor. La fiscalía le imputó cargos de terrorismo y alzamiento armado.
¿Por qué fracasó el intento de golpe? Esta es la versión del militar que lideró la intentona
La ministra de la Presidencia de Bolivia, María Nela Prada, informó este jueves que el destituido jefe militar Zuñiga confesó que no pudo «consumar los objetivos del alzamiento» porque sus refuerzos «tardaron en llegar».
La ministra leyó ante medios de comunicación la entrevista que la Policía le hizo a Zuñiga tras su captura.
Según Prada, al preguntarle a Zuñiga «el motivo por el cual no se llegó a consumar los objetivos del alzamiento», este admitió que «las unidades de Viacha (una ciudad de Bolivia) tardaron en llegar» y que «también el personal de la Armada y de la Fuerza Aérea no pudieron llegar».
En la transcripción de las declaraciones, que según la ministra estaba firmada por Zuñiga, este agregó que «se decidió que se realizaría el levantamiento el día miércoles 26 de junio a horas 11:00, ya que se encontraban todos los comandantes de las fuerzas militares».
Zuñiga, Arce, Morales… y el intento de golpe: ¿por qué se habla de una disputa política de fondo?
Como telón de fondo de estos hechos hay una disputa entre el presidente Luis Arce y el expresidente Evo Morales por la candidatura para las próximas elecciones generales de 2025, por un periodo presidencial de cinco años. Una disputa que no es menor si se tiene en cuenta que Arce fue ministro de Economía de Morales cuando este estaba al frente del Ejecutivo.
En la noche del martes corrieron rumores sobre la posible destitución del general Zuñiga, supuestamente por lo que dijo en una entrevista a un canal local el lunes, en donde afirmó que «arrestaría» a Morales si intentaba postularse como candidato presidencial, pues, en su opinión, no está habilitado para ser de nuevo presidente.
De ahí la sorpresa que causó el intento de golpe contra Arce.
Al momento de su arresto, el general le dijo a la prensa que el presidente le había pedido el domingo «preparar algo» para levantar su popularidad. Según Zúñiga, Arce manifestó que «la situación está muy jodida» y que ameritaba una acción que le favorezca.
El gobierno rechazó esas declaraciones. «Es absolutamente falso y son cosas que me resultan inconcebibles», dijo la ministra Prada.
Para algunos analistas, como Jorge Santistevan, quien es exmilitar, Zúñiga y los llamados «Pachajchos» -a quienes califica de «sindicato militar insurrecto»- son «los militares privilegiados de Arce». Él, en declaraciones a la prensa local, señaló que lo de este miércoles fue «una operación táctica pobre» y no un intento de golpe. «Fue un grupo minúsculo el que se sublevó».
Hay que decir que Arce y Morales están distanciados desde finales de 2021 por el liderazgo del partido oficialista Movimiento al Socialismo (MAS).
Sus diferencias se profundizaron el año pasado por un congreso nacional del partido en el que, en ausencia del actual mandatario y de sus sectores leales, el expresidente fue ratificado como líder del partido y nombrado «candidato único» para las elecciones de 2025. No obstante, la Corte Constitucional inhabilitó a Morales a finales del año pasado para ser nuevamente candidato.
En los últimos meses, Morales llamó a Arce «el peor presidente de la época democrática», y también lo acusó de llevar la economía del país a sus peores niveles históricos. Y, para Arce, Morales es su «principal opositor» y varios de los funcionarios leales al presidente han calificado al expresidente de «mitómano» y de querer «adueñarse del país».
El ala gubernamental del MAS proclamó a Arce como su candidato para 2025. El presidente, sin embargo, no ha proclamado su candidatura para una reelección. Mientras que otro sector sigue arropando la aspiración de Morales, quien no renuncia a su aspiración pese al fallo de los jueces.
Pero el Tribunal Supremo Electoral (TSE) le pidió a ambas facciones celebrar «un congreso conjunto» para cumplir con los estatutos internos del partido. Al no haber un consenso en ese sentido, esto ha dejado, hasta el momento, en suspenso la candidatura del MAS de cara a las elecciones.
Cabe señalar que, durante la acción militar de este miércoles, Morales fue de los primeros en denunciar que se gestaba un «golpe de Estado» y llamó a una «movilización nacional» para defender la democracia. Horas después, suspendió su convocatoria tras, según dijo, retomarse «la calma» en Bolivia
La crisis económica en Bolivia que pone contra las cuerdas al gobierno de Arce
Este incidente con los uniformados también se registra en medio de turbulencias en la economía, por la escasez de dólares que provoca reclamos en el comercio importador y de combustibles que enfada a sindicatos de transporte de carga.
El mismo Arce dijo en redes sociales: «los bolivianos necesitamos trabajar para sacar adelante al país» y no sublevaciones que «dañan la imagen de la democracia boliviana a nivel internacional y generan incertidumbre innecesaria».
Comerciantes y transportistas han realizado bloqueos de vías durante las últimas semanas demandando soluciones a la crisis económica del país, mientras que el gobierno asegura que esto se debe a la «especulación» y a «intereses políticos» que buscan «acortar» el mandato de Arce.
La oposición y expertos coinciden en que la falta de divisas y otros problemas se debe a que el gas natural, que fue el sustento de la economía boliviana por décadas, se acabó y que el gobierno no ha podido sustituir los cerca de 4.000 millones de dólares que el Estado ha dejado de percibir por la venta de este recurso al extranjero.
Arce fue criticado recientemente por decir que el gas en Bolivia «se agotó» y culpó al gobierno de Morales por no realizar las exploraciones necesarias para encontrar más recursos.
La historia de Bolivia con los golpes de Estado
El intento de golpe de Estado de este miércoles hace retroceder a Bolivia a mediados del pasado siglo, cuando en 1964 dio inicio a una serie de regímenes autoritarios mediante la sucesión de más de una treintena de golpes militares.
Desde su fundación como república en 1825, la historia de Bolivia ha sido un rosario de dictaduras militares y civiles, triunviratos, juntas de gobierno, presidentes que no terminaron sus mandatos y decenas de golpes de Estado, sin contar alzamientos militares frustrados. En total, el país ha vivido casi un centenar de años bajo gobiernos militares.
Aún así, el expresidente Carlos Mesa (2003-2005), en su libro «Presidentes de Bolivia, entre urnas y fusiles» (2003), asegura que esta nación no fue víctima de tantos golpes de Estado como se cree en el exterior.
La cifra de casi 200 golpes que se cita a veces es «absolutamente arbitraria», dice Mesa, y precisa que el país ha tenido 37 gobiernos de facto, de los que en rigor 23 se debieron a golpes de Estado «en su concepción convencional», o sea, con el derrocamiento de un gobernante.
¿Por qué la crisis de 2019, cuando Evo Morales renunció a la Presidencia, es un antecedente importante?
La intentona de este miércoles tiene también como antecedente la crisis política de 2019, cuando el expresidente Morales se vio forzado a renunciar a la presidencia, denunciando ser víctima de un «golpe de Estado», tras unas cuestionadas elecciones que le daban como ganador para un cuarto mandato consecutivo.
La oposición acusó al gobierno de haber orquestado un «autogolpe» tras el «fraude electoral» porque no consiguieron los votos esperados para ganar la presidencia en primera vuelta.
Morales anunció su renuncia el 10 de noviembre de 2019 y dijo que fue forzado por las Fuerzas Armadas, y al día siguiente salió del país. Tras dos días de vacío de poder, el 12 de noviembre de 2019 la entonces senadora opositora Jeanine Áñez asumió como presidenta interina de Bolivia, tras la renuncia de todos los cargos en línea de sucesión.
El gobierno de Áñez estuvo marcado por una fuerte represión a las protestas de los partidarios de Morales y la implementación de políticas que fueron vistas como un intento de revertir las medidas de la administración anterior. También enfrentó críticas tanto internas como internacionales por la violación de derechos humanos y el uso excesivo de la fuerza. Los enfrentamientos entre civiles y las Fuerzas Armadas que dejaron al menos 37 muertos y más de 800 heridos.
En 2020 se celebraron nuevamente elecciones, en las que Luis Arce, candidato del MAS, ganó con el 55,1 por ciento de los votos y asumió la Presidencia ese año. A inicios de 2021, la justicia boliviana inició varios procesos por la crisis de 2019 y Áñez y otros opositores, como el gobernador Luis Fernando Camacho, fueron detenidos. Esos son los «presos políticos» que el general Zuñiga, durante la intentona, dijo que liberaría.
Las esquirlas de esa crisis hicieron lo suyo este miércoles con las acciones militares que se vieron en el centro político de La Paz.
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