Ni Bogotá ni el resto del país están preparados para atender un incremento de migrantes venezolanos que se prevé tras la posesión de Nicolás Maduro en el vecino país a un nuevo mandato. Así lo expresaron expertos al advertir que hay retos en la atención en salud y educación, además de la informalidad que se incrementa por la falta de empleo.
Según cifras de Migración Colombia, en la capital hay 143.000 migrantes del vecino país. María Clara Robayo, experta en migración de la Universidad del Rosario, explica que Colombia no está lista para recibir migrantes, pero destaca que Bogotá por ser una ciudad grande hasta el momento lo ha hecho de una manera asertiva.
Ronal Rodríguez, investigador del Observatorio de Venezuela de la misma universidad, va un poco más allá y sugiere que el sector público se debe articular con organizaciones sociales, ONG, y la pastoral social de la Iglesia que tienen experiencia en el tema para enfrentar esta situación.
“El alcalde de Bogotá ha sido uno de los que se ha pronunciado en una visión más generosa para darles reconocimiento a estos ciudadanos y tratar de regularizarlos, no obstante, lo hace sin el adecuado conocimiento de fondo y muchas veces genera una serie de expectativas que son altas”, agrega el experto.
Desde la parte sociológica, Fabián Sanabria, doctor en sociología de la Universidad la Sorbona de París, dice que los colombianos tenemos una responsabilidad con los venezolanos que migran, porque nosotros lo hicimos a ese país hace más de 20 años. “Es responsabilidad de los alcaldes y del gobierno nacional tomar medidas para acoger a los venezolanos que vengan mientras que pasa el ‘chubasco’ o diluvio venezolano”.
Para los migrantes que están en la ciudad la llegada de más compatriotas se da por hecho. “Allá por más que se trabaje el dinero no alcanza para comer bien. Aquí con lo que se gana en una semana de trabajo podemos enviar dinero para que la familia se sostenga”, dice Francisco Urdaneta, quien llegó al país hace dos años.
Bogotá ha liderado el tema con la creación de una gerencia y la puesta en funcionamiento de un supercade social en el terminal de transporte. “Allí se les brinda orientación migratoria, albergue transitorio por algunos días mientras se ubican o siguen su tránsito a otros países”, aseguró la Secretaría de Integración Social.
Recientemente se puso en funcionamiento el Centro de Información y Atención al Migrante (Ciam) en Teusaquillo, en este punto, los migrantes encuentran orientación social, jurídica, migratoria, se dan cupos en jardines, colegios y en comedores comunitarios, además de referenciarlos en atención en salud. “Si hay necesidad o las circunstancias lo requieren abriríamos hasta cuatro Ciam, según la demanda de esta atención”, aseguró Cristina Vélez, secretaria de Integración Social.
Hace dos meses se instaló el campamento provisional ubicado en la carrera 69 con calle 47, en el que acogieron a cerca de 500 venezolanos que estaban en cambuches cerca de la Terminal de transporte de Salitre.
Salud y educación
Los expertos señalan que la migración venezolana sale muy costosa en temas de salud porque llegan en unas condiciones muy complicadas. “Sabemos que el deterioro en el sistema de salud en Venezuela es crítico y muchas personas arriban caminando, lo que hace que lleguen más devastadas”, asegura Robayo.
A esto se suma que muchos extranjeros no tienen las vacunas necesarias, lo que implica que el Distrito tiene que incurrir en una serie de costos adicionales.
Cifras de la Secretaría de Salud indican que entre enero y julio del 2018, la red pública hospitalaria realizó 65.764 atenciones en servicios como consultas, hospitalizaciones, procedimientos y urgencias, lo que implicó que el distrito invirtiera más de 4.421 millones de dólares.
En educación, la instrucción del alcalde Peñalosa es brindarles todas las garantías para que accedan al sistema educativo.
“A corte de diciembre del 2018 estaban matriculados 3.808 niños venezolanos y para el 2019 depende de la disponibilidad de cupos. Hoy, hay 50.000 disponibles y se busca garantizarles acceso”, destacó esa cartera. Por cada estudiante, el distrito invierte cerca de 3,5 millones de pesos al año.
A pesar de estos esfuerzos y cifras del distrito, la socióloga Nubia Ruiz de la Universidad Nacional sostiene que en muchos casos los migrantes no se han sentido acogidos y por eso han seguido de largo a otros países que les ofrecen salud y educación.
Otra de las circunstancias que no son ajenas a esta migración es la construcción de cambuches y el incremento de las ventas informales. Hugo Acero, experto en seguridad, señaló que se deben gestionar más recursos y se requiere de la ayuda internacional como en algún momento lo hicieron con los países de Europa ante la llegada de migrantes africanos.
Por último, los expertos coinciden en que en este punto hay un riesgo real que consiste en que parte de esa migración venezolana se quede en el sector informal, y para evitarlo se debe llegar a ellos con medidas que favorezcan su situación y puedan salir de la informalidad y obtener nuevas opciones de trabajo.
Este martes cierra el campamento
Este martes 15 de enero, la Secretaría de Integración Social cerrará el campamento temporal humanitario que adecuó con 80 carpas en el sector Luis M. Fernández (barrio Salitre) para albergar a los 500 migrantes venezolanos que estaban en cambuches alrededor de la Terminal de transporte de Salitre. Hoy en ese punto hay 127 personas en 40 carpas.
Yolimar Peña, madre de cuatro niños y habitante del campamento, aseguró que por ahora no sabe para dónde irse con sus pequeños. “No tengo trabajo ni un lugar en dónde quedarme. No sé que va a pasar cuando cierren el campamento”, asegura la mujer.
A esto Cristina Vélez, secretaria de Integración Socia, manifestó que “si este martes quedan personas que aún no han arreglado su situación, niños pequeños, mujeres gestantes, buscaremos darles alternativas, aunque ya lo hemos hecho con la atención humanitaria”.
La funcionaria agregó que a los migrantes que permanecen en el campamento les ofrecen servicio de mudanza si se marchan, al igual que servicio de traslado para la gente que quiere regresar a Venezuela.
Sobre la inversión a los migrantes, Vélez dijo que entre el supercade social, el Ciam y el albergue temporal se invirtieron alrededor de $ 2.000 millones entre todas las entidades. Eso no incluye cupos en jardines y colegios.
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