Naturalmente, existe un costo al recibir a miles de personas. Las demográficas se alteran y de pronto el abanico laboral creció, pero los datos muestran que, si bien en el mediano plazo se ven los resultados más claros, en un solo año también se observan avances.
Por cada 0,1 punto porcentual de incremento en los solicitantes de asilo (un punto extra en la tasa por cada mil habitantes), creció 0,28% el gasto público per cápita en el año de la solicitud.
Además, los ingresos por impuestos subieron 0,57% en el mismo período, y la tasa de paro (desempleo) se redujo en 0,08%.
En cuanto al PBI per cápita, creció 0,27%. Dos años después, se situó en 0,54%, y cinco años después alcanzó su pico de 0,59%. Tras una década se estabilizó en 0.13%.
El mismo fenómeno se repite con el resto de indicadores. A los cinco años, el gasto público crecía 0,58%; la recaudación tributaria, 1,31%; y la tasa de paro caía 0,21%.