El número de muertos por la reciente explosión acontecida en México a raíz de una fuga en una toma clandestina de combustible se elevó a 109, mientras que el número de heridos se mantiene en 40, informó este viernes el gobierno mexicano.
Durante la noche de este jueves murieron dos personas más que se suman a los fallecimientos por la explosión ocurrida mientras centenares de personas sustraían combustible con bidones y garrafas en el municipio de Tlahuelilpan, reveló el secretario de Salud mexicano, Jorge Alcocer. «Hemos cuadrado una cifra final hasta ahora de 109 fallecimientos», dijo el médico durante la conferencia de prensa matutina del presidente Andrés Manuel López Obrador.
De los 109 fallecimientos, 98 han ocurrido en los hospitales a donde fueron llevados los heridos por la explosión. En estos momentos, 40 personas heridas reciben tratamiento en hospitales del estado de Hidalgo.
El 18 de enero un grupo de pobladores del municipio de Tlahuelilpan, en el céntrico estado de Hidalgo, fracturó un ducto de hidrocarburo y empezó a sustraer, de una forma muy rudimentaria, la gasolina. Tras unas dos horas, y pese a la presencia de miembros del ejército mexicano, que poco pudo hacer para controlar la multitud de personas que se acercaron a recoger gasolina, se registró una fuerte explosión.
La explosión ocurrió en medio del pulso que el nuevo gobierno de México decidió echarle al robo indiscriminado de combustible que desde años ocasiona cuantiosas pérdidas económicas en el país. Según fuentes oficiales, las pérdidas llegaron a 65.000 millones de pesos (unos 3.400 millones de dólares) tan solo en 2018.
Desde su llegada a la presidencia en diciembre de 2018, Andrés Manuel López Obrador lanzó un combate frontal al robo de hidrocarburos.
En este combate, el gobierno reforzó con miles de agentes la seguridad en los ductos y transporta más gasolina con pipas (camiones cisterna), algo que durante los primeros días de enero provocó desabastecimiento en 10 estados del país.