El ex presidente peruano Alan García dejó una carta antes de quitarse la vida este miércoles, en la que afirmó que no tenía que sufrir «la injusticia» de ser detenido por presuntos actos de corrupción y que cumplió con su misión como político y gobernante de su país.
«He visto a otros desfilar esposados, guardando su miserable existencia, pero Alan García no tiene por qué sufrir esas injusticias y circos, por eso le dejo a mis hijos la dignidad de mis decisiones, a mis compañeros una señal de orgullo y mi cadáver como una muestra de mi desprecio hacia mis adversarios, porque ya cumplí la misión que me impuse», señala la misiva leída por su hija Luciana García Nores.
En su carta, que se conoció poco antes de que el féretro con los restos de García fuera conducido al cementerio privado de Lima donde serán cremados, el ex gobernante también afirmó que cumplió con la misión de llevar dos veces al poder al histórico Partido Aprista Peruano, fundado por Víctor Raúl Haya de la Torre.
Detalla que él fue «con todos y cada uno de sus hijos el hombre más cariñoso, engreidor, dulce y alegre» y que al leer su carta de despedida lo hacía con la «esperanza de que sus sinceras palabras ayuden a sanar nuestros corazones».
«Por muchos años me situé por sobre los insultos, me defendí y el homenaje de mis enemigos fue argumentar que Alan García era suficientemente inteligente como para que ellos no pudieran probar sus calumnias», dice.
Asegura que «no hubo ni habrá cuentas, ni sobornos, ni riqueza; la historia tiene más valor que cualquier riqueza material».
García también escribió que cumplió su deber «en la política y en las obras hechas en favor del pueblo, alcanzadas las metas que otros países o gobiernos no han logrado».