La situación del periodismo en Latinoamérica es preocupante, con 30 periodistas asesinados en lo que va de año. Esto supone una «emergencia brutal, salvaje», según concluyeron este domingo en el Festival Gabo organizaciones de prensa.
«En las últimas tres décadas, desde que tenemos registro, es el año más letal para el periodismo en América Latina», aseguró durante una charla del festival que finaliza este domingo en Bogotá el director de la Fundación para la Libertad de Prensa (FLIP), Jonathan Bock.
Esto supone que más de la mitad de los asesinatos de periodistas en lo que va de año han sucedido en el continente, como resaltó la subdirectora editorial de la Agencia EFE para las Américas, Raquel Godos.
Periodistas de Latinoamérica bajo amenaza de alianzas oscuras
Vivimos «en una emergencia brutal, salvaje», dijo la periodista y miembro del Consejo Rector de la Fundación Gabo Mónica González. Subrayó que se debe dejar de separar a los políticos del crimen organizado porque «son uno solo».
«No es que confabulen, es que actúan juntos. ¿Por qué nos están matando como moscas y por qué lo hacen en completa impunidad? Porque son uno», insistió.
El asesinato es una ruta final, pero también hay multitud de casos de exilio, desplazamiento y huidas de periodistas por su labor y este no sucede «porque la quieran detener», explicó González, sino que «la gente huye porque la mafia y el crimen organizado no le deja comer».
Ante la situación de desprotección que viven muchos periodistas que investigan el poder, hay otros pagados por el poder, por lo que, según la periodista chilena, hay que investigar la ruta del dinero porque «el crimen organizado avanza como una lepra» en total impunidad.
El caso de Rafael Moreno
Como en otros espacios del Festival Gabo, que comenzó el viernes y se celebra por primera vez en Bogotá, los ponentes quisieron recordar al colombiano Rafael Moreno, el mayor del periodismo iberoamericano. Este iba a asistir a este encuentro, pero dos sicarios lo asesinaron el pasado 16 de octubre en la localidad caribeña de Montelíbano. Esto después de recibir amenazas por las investigaciones sobre política local que realizaba.
«Rafael Moreno no puede ser un número más. Yo estoy harta de contar, de contar y de contar; no soy contadora de muertos. No hemos nacido para contar muertos», dijo González.
Investigación
Por ello, la fundación sin fines de lucro «Forbidden Stories» anunció este domingo que seguirá, en conjunto con ocho periodistas colombianos y extranjeros, la investigación que llevaba a cabo Moreno. Esto, ya que este comunicador había compartido los detalles con ellos, porque sabía lo que podría ocurrir.
«En Colombia tienen la mala costumbre de acabar con nosotros por motivos políticos», le dijo Moreno a esta organización unas semanas antes de ser asesinado.
«La calle que lleva a la casa de Rafael nunca fue pavimentada en represalia por las investigaciones que llevaba a cabo», comentaba como ejemplo el director de «Forbidden Stories», Laurent Richard, quien dio el anuncio. Aseguró que el mensaje, en honor a Moreno, será que «matar al periodista, no matará la historia».
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