A las 3:00 am del miércoles 12 de octubre una tropa de más de 600 uniformados de la Policía Metropolitana de Bogotá, la Fiscalía, el CTI Bogotá y la Sijín allanaron las calles de los barrios el Amparo, Bellavista, Patio Bonito, el corredor de la diagonal 38, la puerta 8 de Corabastos y el sector de María Paz para lograr la captura de 19 integrantes de la temida banda venezolana el Tren de Aragua.
El operativo policial, que se fraguó por más de nueve meses e incluyó la infiltración de un agente especial, tenía como objetivo desarticular la renta criminal de los de Aragua, que se tomó este sector de Kennedy luego del golpe clave que la Fiscalía Bogotá les dio a los llamados Camilos, que habían reinado en el negocio del narcotráfico, la prostitución y el sicariato en Kennedy y Bosa hasta 2020 y que acabó con la captura de su máximo cabecilla.
El hilo conductor
Una interceptación de llamadas telefónicas y la triangulación de diferentes abonados telefónicos en varios puntos de la ciudad empezaron a develar una red criminal que se extendía por varios sectores de Kennedy.
Poco a poco, fueron empezando a figurar los rostros del crimen y los líderes que controlaban el negocio del narcotráfico entre Colombia y Venezuela; entre ellos, el teniente Víctor Manuel Flechas, de la Policía de Bogotá, que comandaba el CAI Caldas, ubicado justo en uno de los costados de Corabasto y en la puerta de ingreso al sector que dominaba el Tren de Aragua.
Los audios de las interceptaciones mostraron todo un entramado organizacional que distribuía a la gente del capo venezolano alias Niño Guerrero (recluido en la cárcel de Tocoró, Venezuela) en diferentes escalafones de la cadena delictiva que se extendía en Bogotá.
Sin embargo, el encargado de liderar la operación delictiva en Kennedy se conoce como alias Giovanni, que está en Venezuela (y sobre el que pesa una circular azul de Interpol). Él sería el contacto directo de alias Osmer, ubicado en Bogotá y quien fue uno de los capos capturados en los operativos del 12 de octubre. Era el enviado para manejar los hilos delictivos directamente en la ciudad.
Pero una de las piezas claves para armar el rompecabezas de la situación criminal de Bogotá fue el rastreo de los responsables de los cuerpos que aparecieron desmembrados y empacados en bolsas de basura. De los 25 casos, cuatro fueron resueltos y se le adjudicaron a miembros de esta banda.
El organigrama
Pero la captura de alias Osmer era solo el comienzo de todo el entramado. La organización estaba compuesta por los administradores de zona, los misioneros, encargados de los asesinatos selectivos en la ciudad, y un grupo de mujeres que tenían como labor el transporte de armas, estupefacientes y municiones entre viviendas e incluso sectores.
Alias Brayan (capturado) era el encargado de la administración financiera de la estructura, coordinaba el pago para adquisición de estupefacientes, armas de fuego, alojamiento, alimentación para los integrantes del Tren y ordenaba la ejecución de homicidios. En su mismo rango, alias Cachorro (colombiano), líder logístico que transportaba armas y municiones a bordo de un taxi. En esa línea también estaba alias T, el teniente de la Policía que cayó en los operativos.
Ahora, entre los capturados también cayeron los administradores de las zonas: en Bellavista, Patio Bonito Kennedy, alias Ronald, Kimayer y Huesos. En el sector de la diagonal 38, cayeron alias William, Daniel y Capi; y en el Bosa San Bernardino, Edwar y Ricardito.
Ellos se encargaban de las extorsiones y de sembrar el terror en las zonas controladas por la estructura criminal. Por ahora, las autoridades anunciaron más operativos y hay cuatro circulares azules de Interpol esperando a ser efectivas con la captura de cuatro de los capos más importantes de esta banda.
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