Las mujeres saudíes celebraron el domingo su histórica demanda de conducir, tras una larga lucha de casi treinta años.
Debido a la gran expectativa, incontables mujeres festejaron por la nueva ley, aprobada por el rey Salmán bin Abdulaziz el pasado noviembre, poniéndose al volante desde el instante en que la norma entró en vigor, a medianoche del sábado.
Muchas de ellas documentaron la experiencia con videos que inundaron las redes sociales y en los que transmitieron su alegría.
La princesa Rem, hija del multimillonario y príncipe Al Walid bin Talal, publicó un video conduciendo y afirmó que “Arabia Saudí entró hoy (el domingo) en el siglo XXI” y agradeció al rey y al príncipe heredero, Mohámed bin Salmán, los esfuerzos para aplicar la ley.
واخيراً!
الآن الساعة 12:01 من صباح يوم #عشرة_عشرة مع ابنتي ريم وهي تسوق بي وحفيداتي في #الرياض#المراه_السعوديه_تسوقFinally,
First ride with my daughter @Reem_Alwaleed while she’s driving me and my grand daughters in Riyadh#SaudiWomenDriving pic.twitter.com/rXHPUx79fu
— الوليد بن طلال (@Alwaleed_Talal) 23 de junio de 2018
A modo de preparativos para el cambio, la Administración de Tráfico colocó carteles en las calles para recordarles a las mujeres las reglas de conducción. A la vez, la Fiscalía General advirtió de los castigos de multa o de cárcel impuestos a los que acosen a las mujeres en el tráfico.
Además, el domingo se celebró la graduación de la primera promoción de policías de tráfico femeninas, que dieron flores y tarjetas a las conductoras.
Aprovechando el día histórico, varios restaurantes de Riad ofrecieron comida gratis para los pedidos realizados por mujeres en la ventanilla de servicio a automóviles, mientras que varias empresas de taxis publicaron ofertas de trabajo para mujeres.
“Es nuestro derecho y finalmente lo tomamos. Es solo una cuestión de tiempo hasta que la sociedad lo acepte, en general”, dijo Samira al-Ghamdi, de 47 años, mientras manejaba hacia su trabajo.
El levantamiento de la prohibición, que por años provocó la condena internacional y comparaciones con los talibanes de Afganistán, fue elogiado por los aliados occidentales como una prueba de una nueva tendencia progresista en el país.
Sin embargo, la represión sobre los disidentes continúa, incluyendo algunos de los mismos activistas que previamente habían hecho campaña contra el veto, quienes están encarcelados mientras sus pares salen legalmente a conducir las calles por primera vez.