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Las fuerzas ucranianas se servirán del invierno como aliado en una ofensiva inminente

por Avatar El Debate

Las fuerzas ucranianas no aflojarán la presión sobre los ocupantes rusos durante el invierno y tratarán de mantener las operaciones ofensivas en los próximos meses.

Más que avances territoriales, lo que trata de lograr el alto mando ucraniano es afianzar sus espectaculares avances de los últimos meses, impedir a las tropas rusas que se reagrupen y rearmen y, sobre todo, preparar el terreno para nuevas ofensivas en primavera.

Según señala el Institute for the Study of War (ISW), las fuerzas ucranianas están preparando sus vehículos blindados, tanto de ruedas como de orugas, para operar en invierno sobre terreno helado.

Así lo confirmó el pasado 4 de diciembre el portavoz del Grupo Oriental de las Fuerzas Armadas de Ucrania, Serhii Cherevatyi.

Cherevatyi señaló que la amplia movilización decretada por Putin en Rusia no marcará una importante diferencia en el campo de batalla, pues, aseguró, son reclutas mal formados y mal preparados para el combate.

Lo mismo sucede con el personal reclutado en prisiones rusas por el Grupo Wagner, muchos de los cuales desertan nada más llegar al frente.

Asimismo, el Ministerio de Defensa ucraniano apuntó a otro error cometido por los analistas occidentales al advertir que la guerra se detendría en invierno por el frío y la nieve.

El viceministro de Defensa, Volodymyr Havrylov, recordó que el clima no es igual en toda Ucrania y que en el sur, en la costa del mar Negro y del mar de Azov, el invierno es mucho más suave que en las regiones del interior y norte del país.

Quienes afirman que se detendrán los combates, subrayó, «probablemente nunca han tomado el sol en enero en la costa sur de Crimea».

Con esa frase pareció sugerir que las tropas ucranianas tratarán de avanzar hacia las regiones más sureñas incluso durante los meses de invierno, sin descartar incluso una posible ofensiva sobre la península de Crimea.

Sin embargo, la directora de Inteligencia Nacional de Estados Unidos, Avril Haines, afirmó que se ha detectado una reducción del ritmo de combate, una percepción respaldada también por el ministro de Exteriores británico, James Cleverly.

Haines afirmó que el ritmo de la guerra se reducirá durante el invierno para que ambos bandos puedan «reacondicionarse y reabastecerse».

«La pregunta es: ¿cómo será la contraofensiva?», añadió Haines, para quien esa contraofensiva no llegará antes de la próxima primavera.

Sin duda, el invierno dificultará las operaciones. El frío reduce la agilidad de los soldados, el barro y la nieve actúan como obstáculo para los vehículos, la capacidad de emplear la vegetación para camuflarse se reduce.

Por el contrario, el informe del ISW desmiente a Haines e incluso apunta a que los ciclos de la guerra funcionan al revés de lo que expuso la responsable de la inteligencia estadounidense.

«El invierno suele ser la mejor temporada para la guerra mecanizada en Ucrania, mientras que la primavera es la temporada de pesadilla para luchar en Ucrania», se indica en el informe.

Ello se debe a que las heladas de finales de diciembre permitirán que el suelo embarrado se congele y vuelva a hacerse transitable para los blindados.

En cambio, el deshielo de la primavera «hace crecer los ríos y arroyos y convierte los campos en mares de lodo».

En ese sentido, el informe del ISW apunta a que «las fuerzas ucranianas se están preparando para aprovechar el terreno congelado» en una hipotética contraofensiva inminente.

Solo podrán hacerlo si continúan recibiendo la ayuda militar de Occidente. Si esa ayuda se reduce «el actual impulso de Ucrania culminará prematuramente y otorgará a las destrozadas fuerzas rusas un valioso respiro de tres a cuatro meses para reconstituirse y prepararse para luchar en mejores condiciones».