Por primera vez, Colombia deberá elegir presidente en una segunda vuelta en la que se enfrentan derecha e izquierda. Para el 17 de junio, las alianzas tomarán el protagonismo.
Iván Duque se impuso con su fórmula vicepresidencial, la ex ministra conservadora Marta Lucía Ramírez, y gracias al apoyo de partidos evangélicos y un sector ultraconservador. Duque abrió la coalición para la llegada de Germán Vargas Lleras, ex vicepresidente de Juan Manuel Santos.
El miedo que suscita Gustavo Petro atraerá hacia la candidatura uribista a sectores conservadores y liberales, mientras el ex guerrillero espera quedarse con el dividido centro.
Ni Sergio Fajardo, tercero en la contienda, ni Humberto de la Calle han asegurado su apoyo al ex guerrillero. Antes de la primera vuelta ambos despreciaron unirse a él.
“La alianza que va a buscar Duque muy rápidamente va a ser la de Vargas Lleras, mientras que Fajardo y De la Calle van a estar difíciles de agrupar”, sostuvo Sebastián Bitar, profesor asociado de la Universidad de los Andes.
Petro podría igualmente convocar a los abstencionistas, que se redujeron de 59% a 46%, en comparación con la primera vuelta presidencial de 2014.
Fajardo declinó ayer apoyar a ninguno de los dos candidatos, y dijo que los líderes de su coalición deberán decidir. “Sería un irrespeto decir que soy el dueño de esos votos. Fui el candidato presidencial, pero no me considero el dueño de 4.600.000 votos en Colombia”, agregó.
Las claves. El ex presidente Álvaro Uribe volvió a demostrar su poder y popularidad en el país que ayudó a pacificar con mano dura, pese a investigaciones preliminares que enfrenta por corrupción, interceptación ilegal de comunicaciones, vínculos con paramilitares o manipulación de testigos.
Su pupilo, un ex senador de 41 años de edad sin mayor recorrido público, logró una importante ventaja frente a Petro, pero pocos cuestionan que se trató de una nueva victoria de Uribe.
“El resultado muestra la vigencia que aún tiene el uribismo”, dijo Andrés Macías, especialista en estudios de paz y conflicto de la Universidad Externado.
Uribe, el senador más votado en las dos últimas legislativas, consiguió estar nuevamente en el centro del debate presidencial. En 2010 apoyó al electo Juan Manuel Santos. Cuatro años más tarde ganó la primera vuelta con Óscar Iván Zuluaga, pero cayó en el balotaje contra Santos. Ahora está a días de que su hijo político retome el poder para la derecha conservadora opuesta al pacto de paz con las FARC.
Petro logró meter a la izquierda en una pelea que históricamente ha sido entre derechas.
De 58 años de edad, el ex guerrillero del disuelto M-19, consiguió 4,8 millones de votos. Hasta el domingo la mayor votación de un izquierdista había sido la del fallecido Carlos Gaviria en 2006 (2,6 millones de sufragios).
“En el último tramo de la campaña hubo fuerzas que le apostaron a Fajardo para desdibujar la candidatura de Petro; y si se mantiene esa postura anti-Petro, la izquierda no tiene nada que hacer”, afirmó Medófilo Medina, historiador de la Universidad Nacional.
Petro ganó en regiones de mayoría negra e indígena, pero arrastra una imagen negativa por sus simpatías del pasado con el chavismo, impopular en Colombia, aunque se haya desmarcado del gobierno de Nicolás Maduro.
“Hay gente que le tiene un odio muy real. Petro tiene 44% de opinión negativa, mientras que Duque solo tiene 28% de imagen desfavorable”, señaló Nicolás Liendo, investigador de la Universidad Sergio Arboleda.
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