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La UE y la Celac, en busca de recuperar un diálogo quebrado

Por AFP
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Los países de la Unión Europea (UE) y los de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) celebran el lunes y martes próximos una cumbre de dos días en Bruselas en un intento de recomponer un diálogo quebrado.

La última cumbre de esta naturaleza data ya de 2015, y ahora las dos partes corren contra el reloj para recuperar una difícil interlocución.

Después de aquella cumbre, la UE se sumergió en problemas internos como la gestión de la aguda oleada migratoria de 2015-2016, el Brexit, la pandemia de coronavirus y finalmente la guerra en Ucrania, que generó también una grave crisis energética.

En ese escenario, las relaciones europeas con la región del otro lado del Atlántico quedaron en un compás de espera, y ahora las capitales buscan recuperar el tiempo perdido.

«Durante todos estos años, la región de América Latina y el Caribe buscó mantener los canales de diálogo, pero los europeos simplemente estaban demasiado ocupados», dijo un diplomático latinoamericano que pidió anonimato.

Esa aproximación, sin embargo, no está libre de dificultades.

La UE espera dotar a esa relación de una estructura permanente, pero la Celac no posee el nivel de institucionalidad de la UE, y por ello la idea aún requerirá muchas horas alrededor de las mesas de negociación.

Incluso el texto de las conclusiones de la cumbre ha sido objeto de desencuentros desde el inicio de las negociaciones.

El más importante de ellos es la sugerencia de los negociadores europeos de hacer mención a la guerra de Ucrania en el documento, una delicada cuestión en el que los dos bloques no exhiben posiciones siempre alineadas.

Una fuente diplomática suramericana dijo a AFP que los países de la Celac entienden la «sensibilidad» del tema, pero apuntó que la contraparte europea igualmente debería comprender que los países latinoamericanos y caribeños también tienen posiciones diversas.

Tensiones

La propia organización de la cumbre fue objeto de tensiones. El canciller de Cuba, Bruno Rodríguez, denunció en una declaración en video la «falta de transparencia y la conducta manipuladora» de la UE. «Resta poco tiempo, pero aún no es demasiado tarde para evitar un fracaso», advirtió.

De su lado, la cancillería de Venezuela apoyó las quejas de Rodríguez y añadió que «la decisión de la UE de imponer su propio formato» a la cumbre «amenaza con llevar al fracaso los esfuerzos realizados para su organización».

Los dirigentes presentes deberán discutir temas como la reforma en la composición del sistema financiero internacional, el combate al cambio climático, la seguridad ciudadana y las transiciones energética y digital.

No obstante, el experto Christopher Sabatini, del centro de análisis Chatham House, dijo que se sentirá «sorprendido si hay algo de sustancial más allá de, quizá, algunas declaraciones sobre medio ambiente (…) o de aumentar fondos para iniciativas de desarrollo».

En su visión, el problema central es que «la Celac no es realmente una organización. Carece de cualquier cuerpo institucional, no tiene estándares o marco normativo para la membresía, y no tiene posiciones comunes sobre nada sustancial».

Esta cumbre era un anhelo que en el seno de la UE fue impulsado principalmente por España, con el apoyo de Portugal.

España asumió el 1 de julio la presidencia semestral rotativa del Consejo de la UE, y desde hace por lo menos un año aspiraba a que esta cumbre se torne uno de los legados de su mandato en el bloque europeo.

Un alto diplomático español dijo que será «una cumbre política, no una cumbre de negociaciones».

Mercosur

La ilusión inicial general era que la cumbre también sirva de escenario para un anuncio del demorado acuerdo comercial entre la UE y el Mercosur (Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay), pero esa esperanza quedó cubierta por una espesa nube de incertidumbres.

Ese acuerdo entre los dos bloques fue anunciado en 2019, pero siguió en un punto muerto a falta de ratificación, y ante la llegada del ultraderechista Jair Bolsonaro al poder en Brasil los países europeos pasaron a exigir del Mercosur compromisos con la protección ambiental. Un capítulo que sigue siendo objeto de duras negociaciones.

Aun así, la UE espera anunciar el inicio del proceso de ratificación de los modernizados acuerdos de la UE con Chile y México.

Un alto diplomático de la UE en Sudamérica dijo que uno de los objetivos de la cumbre es definir una «hoja de ruta política».

Simultáneamente a la reunión de mandatarios, se realizará en Bruselas la Cumbre de los Pueblos, organizada por casi un centenar de entidades de la sociedad civil, partidos políticos y organizaciones no gubernamentales de los dos lados del Atlántico.

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