España cuenta con la Corona más transparente de todos los tiempos y el presidente del Gobierno más opaco de la democracia. Se conoce cualquier detalle de las cuentas de la Casa del Rey y de los contratos que Zarzuela formaliza. Probablemente no haya ninguna otra institución en España que exponga sus cuentas al público con tanta transparencia.
La Casa del Rey debería ser un ejemplo a seguir para el resto de los organismos y, especialmente, para el presidente del Gobierno, pero Pedro Sánchez sigue instalado en el ocultamiento y la opacidad, llegando a unos niveles de oscurantismo que no son propios de una democracia.
Mientras la Familia Real publica el listado de todos los regalos institucionales que recibe cada año, Sánchez los oculta desde hace cinco años y medio, y dice que solo los hará públicos cuando haya abandonado el Gobierno.
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El abogado Guillermo Rocafort ha decidido llevar este caso a la Audiencia Nacional tras no obtener la información sobre los regalos que había pedido a Presidencia del Gobierno a través del Consejo de Transparencia y Buen Gobierno. A Sánchez hay que llevarle ante un tribunal para obtener lo que la Corona publica sin ni siquiera pedírselo.
Mientras la Casa del Rey hizo público que el almuerzo de la jura de la Princesa de Asturias, celebrado en el Palacio Real, había costado 25.000 euros; Sánchez oculta el precio de las cenas de la presidencia europea.
Sánchez también esconde los viajes que realiza, el uso del avión oficial, sus estancias en el Palacio de las Marismillas, de Doñana (Huelva), o en la residencia de la Mareta, en Lanzarote, y el número de personas que le acompañan en sus vuelos o vacaciones.
Aparte del listado de los regalos, la Casa del Rey también publica todos los años las retribuciones íntegras que reciben los altos cargos que trabajan en la Zarzuela y el presupuesto de la Jefatura del Estado detallado por capítulos y subcapítulos.
Cada tres meses informa del estado de la ejecución presupuestaria y hace públicos los contratos y los convenios que han sido formalizados, prorrogados, modificados o cancelados en el trimestre. Toda esta información se publica en la web de la Casa del Rey y también en la Plataforma de contratación del Estado.
La Corona se somete a auditoría externa
Además, todos los años la Corona publica el informe del interventor de la Casa del Rey y, aunque la Constitución establece que el Rey «distribuye libremente» el presupuesto que le asigna el Estado, Don Felipe decidió someter voluntariamente sus cuentas a una auditoría externa. Hasta ahora la venía realizando la Intervención General de la Administración del Estado y desde 2023 lo hace el Tribunal de Cuentas. Y el informe del auditor se publica año tras año.
Como explica Julio Naranjo, director general de ITCD, firma especializada en Derecho de Acceso a la Información Pública y Transparencia, «la Casa del Rey informa con luz y taquígrafos», y «cualquier persona que no sea experta lo puede ver. Lo hace por coherencia y por una aceptación muy sincera de lo que marca la norma».
Sin embargo, «Pedro Sánchez hace un uso personalista de los recursos públicos, los utiliza desde una concepción orientalista» del poder y «desoye las resoluciones firmes del Consejo de Transparencia y Buen Gobierno».