Los cientos de seguidores del candidato demócrata Joe Biden que se congregaron cerca de la Casa Blanca para la jornada electoral del martes pasaron de un ambiente festivo con música a la tensión absoluta, a medida que avanzaba la noche y las pantallas comenzaban a mostrar resultados decepcionantes.
A medida que se anunciaban victorias de Trump en estados claves de la contienda, los votantes demócratas, que son una mayoría abrumadora en Washington, comenzaron a fruncir el semblante.
«Nosotros queríamos venir y apoyar a Joe Biden y Kamala Harris, esperábamos una celebración», dijo a la AFP Tammi Girgenti, un funcionario jubilado de 51 años de edad.
Girgenti indicó estar especialmente decepcionado con la victoria de Trump en Florida. «Ese es mi estado natal», contó.
La mujer confesó estar nerviosa, pero afirmó que todavía tenía confianza en que Biden podría lograr una victoria hacia el final de la noche o al día siguiente.
Los medios estadounidenses reportaron que el candidato demócrata ganó en Arizona, un estado en el que Trump se impuso en 2016, pero que está rezagado en varios bastiones clave, entre ellos en Pensilvania, donde no hay resultados pero conteos muy preliminares no le son favorables.
Jake, un estudiante de 22 años que acudió con sus amigos, resumió el estado de ánimo de los asistentes: «No nos sentimos demasiado bien, yo sé que los votos por correo van a llegar más tarde (…) Creo que Biden todavía puede lograrlo».
Desde el principio de la tarde cientos de partidarios del demócrata Joe Biden se congregaron en la noche del martes en la Plaza Black Lives Matter de Washington, al frente de la Casa Blanca, un lugar que se convirtió en un símbolo de la oposición al presidente Donald Trump.
Este paseo fue rebautizado como Black Lives Matter (Las vidas negras importan) después de la ola de manifestaciones contra el racismo tras la muerte en mayo de George Floyd, un ciudadano negro asfixiado por un policía en Mineápolis.
La multitud formada en su gran mayoría por simpatizantes de Biden se congregó para esperar los resultados en un ambiente festivo, con música funk y de un género propio de la zona de Washington conocido como go-go.
Otras personas se congregaron en la plaza McPherson, ya que el lugar tradicional para estas reuniones, el jardín de Lafayette, frente a la Casa Blanca, está cerrado.
Los pocos partidarios del mandatario que se atrevieron a acudir a esa zona y expresar sus opiniones fueron acallados por los seguidores de Biden que saltaron a debatirlos.
A medianoche un grupo de activistas de extrema izquierda Antifa, todos vestidos de negro y portando paraguas del mismo color, lanzaron fuegos artificiales y marcharon por la zona gritando consignas contra la policía y encendieron algunos cubos de basura.
Un grupo de policías en bicicleta y en coches los escoltó, sin intervenir.
«Sentir la energía»
La tensión en la noche contrastó con el ambiente distendido de la tarde, donde los asistentes mostraron un optimismo cauto con respecto al desarrollo de la jornada.
«Estoy aquí para celebrar, espero ver que el presidente se vaya, que haya una celebración temprano», contó a la AFP Malik Williams, un consejero de una escuela en el estado vecino de Maryland de 27 años.
Williams estaba confiado en la derrota de Trump, sobre todo debido a que los votos por anticipado «rompieron récords», ya que más de 100 millones de electores sufragaron antes del día de la elección, algo nunca visto en la historia de Estados Unidos.
Otros llegaron de más lejos para estar en Washington el día de las elecciones.
Concetta Leanza, de 34 años, y Ruby Estoy, de 40, votaron cuando se abrieron los recintos el 24 de octubre en el estado de Florida, donde viven. Llegaron a la capital de Estados Unidos el domingo.
«Vinimos aquí a sentir la energía y a estar aquí y para asegurarnos de que nuestras voces sean escuchadas», dijo Estoy.
El barrio de oficinas que rodea este paseo es testigo del nerviosismo y todos los edificios están tapiados, con las ventanas cubiertas por placas de madera, y hay un importante dispositivo policial.
Lori Ricks quiere desalojar al magnate republicano de la Casa Blanca. «Esto nunca había pasado antes de una elección. Nunca habían tenido que enrejar la Casa Blanca y tapiar las ventanas para una elección«, contó.
Greta Jones, una joven que votó por primera vez, contó que asistió para mostrar «un frente unido».
Pero al ser interrogada sobre los últimos resultados Jones respondió: «Honestamente me da miedo porque de cualquier forma va a haber una guerra civil y no estoy preparada mentalmente para eso», concluyó.
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