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La sombra de Venezuela persigue a Zapatero 20 años después de su victoria en pleno idilio con el ‘sanchismo’

por El Nacional El Nacional

El PSOE está sumido en la ‘zapateromanía’. El expresidente está de moda 20 años después de su primera victoria electoral, de la que el próximo jueves 14 de marzo se cumple el aniversario. Y Ferraz está explotando al máximo el tirón de su otrora líder. «Se contarán por millones los beneficiarios de las políticas de Zapatero. Ya no son solo los padres, por ejemplo, que pudieron casarse en libertad. Ahora también están sus hijos», argumentan fuentes oficiales del partido.

El problema es que sobre Zapatero se sigue proyectando la larga sombra de Venezuela. El enganche internacional del expresidente socialista ha sido siempre Caracas, según explican las fuentes consultadas en el partido. El expresidente español ha jugado un papel central en todas y cada una de las crisis que ha vivido el régimen de Nicolás Maduro en la última década.

Las revueltas estudiantiles del 2014, la crisis del referéndum revocatorio del 2016 y la crisis presidencial del 2019 con el choque de legitimidades entre Maduro y el líder opositor Juan Guaidó han tenido a Zapatero como protagonista de una u otra forma. Y casi siempre en defensa de Maduro. “Es muy simple”, explican estas fuentes, que zanjan: “Zapatero está vinculado a cualquier comisión o mesa de diálogo que haya en Venezuela para seguir cobrando”.

Las mesas con el régimen de Maduro

El dirigente socialista ha participado en todas estas meses entre el régimen de Maduro y la oposición. Las ha habido de todos los colores y han estado auspiciadas por Gobiernos, por Unasur y hasta por el Vaticano. Zapatero ha estado en todas. Lo más sangrante es que es difícil conocer el alcance de la represión de Maduro. Algunas oenegés han denunciado que el Estado venezolano ha sido responsable de la muerte directa de al menos 10.000 personas entre 2013 y 2023.

Y hay centenares de presos considerados políticos, así como un éxodo de millones de venezolanos hacia otros países. Una de estas historias se puede ver en la película ‘Simón’, estrenada recientemente en Netflix.

“Cuando alguien quiere interceder por algún preso es obligatorio hablar con Zapatero”, explican estas fuentes, que aseguran que «los que han huido a Estados Unidos vienen a España solo a verle”.

La última mesa de diálogo se ha saldado con una nueva traición de Maduro, que prometió elecciones libres y ha acabado inhabilitando a la candidata de la oposición, María Corina Machado. Estados Unidos, que había depositado su confianza en el aperturismo prometido por el tándem Maduro-Zapatero, respondió retirando las licencias de petróleo y gas que había concedido a Venezuela.

El expresidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero (i), abraza al nuevo presidente de la Internacional Socialista, Pedro Sánchez . EUROPA PRESS

De España, nada se sabe sobre el caso Machado. Al presidente, Pedro Sánchez, que fue el primero de la clase en reconocer a Guaidó, le va bien ahora con Maduro y Zapatero. El papel de Zapatero en Venezuela le ha dado acceso como dirigente destacado al Grupo de Puebla, que reúne a los principales espadas de la nueva izquierda latinoamericana. Es íntimo del kirchnerismo en Argentina, adora al mexicano Andrés Manuel López Obrador y, por supuesto, apoya ciegamente a Lula en Brasil, con quien el propio Sánchez estuvo esta semana.

Pero es verdad que la izquierda latinoamericana no es homogénea. Y líderes como el actual presidente de Chile, Gabriel Boric, o referentes morales, como el expresidente uruguayo Pepe Mújica, han dejado claro que tienen a Maduro por “dictador”. El Grupo de Puebla también ha permitido a Zapatero conectar con China, cuya presencia en América Latina tiene cada vez más peso. El expresidente asistió en octubre del año pasado en Pekín al III Foro de las Nuevas Rutas de la Seda, el programa estrella multilateral de China para afianzar su influencia internacional mediante proyectos de cooperación e infraestructura en otros países.

En el plan para encabezar una candidatura europea

Como ya contó este diario en exclusiva, el expresidente Rodríguez Zapatero aparece como una de las opciones de Sánchez para encabezar la lista del PSOE en las elecciones europeas del próximo 9 de junio. Según el relato de una de las fuentes socialistas conocedoras del plan de Sánchez, sería Zapatero quien se ha ofrecido a tal empresa, porque tiene un enorme interés en extender al ámbito europeo su labor de lobby en la interlocución que mantiene desde hace años en Iberoamérica, singularmente mediante su rol de representante de los intereses del llamado Grupo de Puebla y su continuada labor de legitimación del régimen de Nicolás Maduro en Venezuela.

Además, en el equipo del presidente ven a Zapatero como un aliado para defender la amnistía en las instituciones europeas, ahora que la medida de gracia está siendo tan vigilada en Europa. No obstante, algunas voces apuntan que las instancias europeas difícilmente admitirían la opción de que el expresidente se sirviera de algún modo de las instancias europeas para ejercer una labor de representación táctica de los intereses chavistas o de China, que también figuran en la agenda de Zapatero. El equipo del jefe del Ejecutivo cree que el peso y la reputación de un expresidente del Gobierno puede terminar de convencer a los aliados comunitarios para no mostrar objeción alguna.

De hecho, quienes en el PSOE critican las intenciones de Zapatero objetan que «la pretensión del expresidente nada tiene que ver con matar el gusanillo de la política activa, sino con trasladar al corazón de la UE sus negocios en Iberoamérica valiéndose de las propias instituciones europeas para promocionar sus intereses y de aquellos a los que representa».

El fervor de los suyos

«El legado de Zapatero, como el de Felipe González, coge una especial relevancia con los años. Igual que la oposición del PP o AP a los grandes avances sociales. Tan clara es la gestión de Zapatero en libertades y derechos, como que la derecha siempre llega tarde a esas citas históricas», explican fuentes oficiales de Ferraz. Quienes estuvieron a sus órdenes en Moncloa también le defienden. Es el caso del exministro de Justicia Juan Fernando López Aguilar, que explica: «Lo mejor fue su coraje y su templanza para darle crédito a la política, innovando mucho, arriesgando aún más y respetando a oponentes y las críticas. Y lo peor, las circunstancias ajenas a todo guion -la ‘Gran Recesión’- que torcieron la marcha en su segunda Legislatura como presidente».

Lo mismo opina la exnúmero dos del PSOE, Elena Valenciano: «Lo mejor fue su compromiso y su defensa de los derechos civiles. En particular, el gran impulso a la Igualdad entre mujeres y hombres. Lo peor no fue culpa suya, fue el momento de la gran crisis financiera de 2008 y la salida que impuso la UE, sobre todo a los países del Sur». Tanto López Aguilar como Valenciano entienden la ‘zapateromanía’: «Su figura se ha agrandado por pura justicia. Tras una salida traumática del gobierno, ha recuperado su liderazgo en el PSOE y es muy reconocido por los militantes del partido», explica la política valenciana. «Su figura ha recrecido por emerger como el mejor expresidente: leal a España y al interés general, sin causas personales, servicial al PSOE en las duras y maduras, y sin dejar de ser él mismo. Por eso, simplemente, se le percibe mejorado», explica el canario.

«Zapatero es un guía moral para este partido. Y él está dispuesto a echar un cable. Tiene ánimo y energía», explican en la planta noble de Ferraz sobre su implicación con la camiseta del PSOE. El expresidente socialista es uno de los grandes apoyos de Sánchez en su política de pacto con la izquierda a la izquierda del PSOE y con el independentismo catalán frente a la ‘vieja guardia’. Si Felipe González y Alfonso Guerra se despacharon a gusto contra el líder de su partido por coquetear con amnistiar a los independentistas, Zapatero es la red de seguridad de Sánchez. Moncloa tardó en darse cuenta de que ‘ZP’ es un activo 11 años después de abandonar la presidencia. Solo falta ver si, finalmente, Sánchez le pedirá que juegue su último partido.

Con información de Vozpópuli.