A Ron DeSantis no le gusta que le hablen del coronavirus. El gobernador de Florida ha chocado últimamente con la prensa y la oposición, empeñados en cuestionarlo por el repunte de la pandemia en el estado, que podría amenazar un futuro que muchos ven camino de la Casa Blanca.
Desde el principio, el republicano se negó a imponer el uso de mascarillas, y promovió una rápida reapertura de la economía, anulando casi por completo desde septiembre de 2020 las limitaciones aplicadas a los negocios.
Al presentarse como un defensor de la libertad individual frente a las restricciones impulsadas por las autoridades sanitarias de Estados Unidos, la estrategia le dio buenos resultados. Pese al alto número de contagios por covid-19, la tasa de mortalidad en Florida no fue peor que la media del país, la economía fue levantando el vuelo, y el gobernador se convirtió en la nueva estrella emergente de su partido.
Según un sondeo reciente del encuestador republicano Tony Fabrizio, DeSantis es el segundo político con más apoyo para liderar la formación en las presidenciales de 2024, solo por detrás del exmandatario Donald Trump.
Y aunque él niegue pensar en la Presidencia, la prensa, los analistas y varios rivales políticos no dudan que buscará la nominación republicana en tres años.
Ahora la pandemia vuelve a poner a prueba la buena estrella del gobernador. Florida es el segundo estado del país con mayor número de contagios por 100.000 habitantes, por detrás de Luisiana, y desde primeros de agosto bate día tras día su récord de hospitalizaciones por covid-19.
«Sin duda, la ola actual de covid-19 puede perjudicar su futuro político. DeSantis ha perdido la ventaja que tenía hace unos meses, y eso se debe en gran parte a su postura controvertida sobre el coronavirus», dice J. Edwin Benton, profesor de Ciencias Políticas en la Universidad del Sur de Florida.
Un sondeo de la encuestadora local St Pete Polls sitúa al republicano en segundo lugar de la carrera por la Gobernación en 2022, con 43,8% del apoyo, por detrás del demócrata Charlie Crist. La anterior encuesta de la misma empresa, en marzo, daba a DeSantis ganador con 45,2%.
Trump 2.0
Presionado por las críticas, el gobernador ha redoblado su apuesta. En pocos días, amenazó con retirar fondos a los distritos escolares que impusieran el uso de mascarillas en sus instalaciones; intentó impedir, en vano, que los cruceros pudieran exigir un certificado de vacunación a sus pasajeros; acusó a la prensa de «generar histeria», y trató de achacar el rebrote al presidente estadounidense, el mandatario demócrata Joe Biden.
El hombre al que el analista político Larry Sabato describe como «más inteligente que Trump y un poco más cuidadoso y fríamente calculador» no parece dispuesto a cambiar de rumbo.
El gran parecido entre sus duras declaraciones y el mensaje de Trump desde la Casa Blanca no es una casualidad.
El floridano, nacido en una familia de clase trabajadora, licenciado con honores en Yale y Harvard, conoce mejor que nadie la influencia del exmandatario entre los votantes republicanos.
En 2018, cuando era un congresista casi desconocido y pocos apostaban por él, logró que el entonces presidente lo apoyara como candidato de los republicanos a gobernador.
«DeSantis se parece a un Trump 2.0 porque ahí es donde se encuentra el Partido Republicano, y él quiere ser el nominado del partido a la Presidencia», explica Sabato, director del Centro de Políticas de la Universidad de Virginia. «Pero no es ni de lejos tan buen orador ni hombre de escena» como el expresidente, añade.
Un equilibrio frágil
La estrategia política de DeSantis es arriesgada, especialmente si la situación sanitaria sigue empeorando.
«Es probable que nunca pierda el respaldo de quienes apoyaban a Donald Trump», dice Benton. «Pero creo que ha perdido apoyo entre los votantes independientes y quizás también entre algunos republicanos moderados que creen que uno debería seguir la ciencia y no los dogmas o ideologías personales».
Para Carlos Curbelo, un excongresista republicano que coincidió con DeSantis en la Cámara de Representantes, parte del éxito del gobernador se debe precisamente a que ha sabido seducir a otro tipo de votantes que los trumpistas.
«Cuando uno mira el Partido Republicano actual, parece que Ron DeSantis ha encontrado el punto óptimo: se ha mantenido leal a la base de Trump mientras llegaba a los independientes y a los votantes moderados a través de temas como la educación y el medioambiente», asegura.
«Es un ejercicio de equilibrio que todos los republicanos tienen que realizar hoy en día, y DeSantis lo ha hecho mejor que los demás por el momento», opina sobre el gobernador, al que describe como «ambicioso, disciplinado y extremadamente centrado en sus objetivos».
Sabato duda que la pandemia acabe perjudicando a DeSantis.
«Es casi seguro que se equivoca en sus políticas y eso costará vidas. ¿Pero lo reconocerán los votantes republicanos? Es muy dudoso. Vivimos en la era posfactual creada en gran parte por Donald Trump», afirma.
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