La «paciente 31» fue identificada por el Servicio de Salud coreano como la mujer que pudo haber sido foco de contagio de coronavirus para casi 1.000 personas en Corea de Sur.
La mujer acudió entre el 6 y el 16 de febrero a dos servicios religiosos de la secta cristiana Shincheonji, con más de 1.000 fieles cada uno, asistió a una boda, comió en un bufete de un hotel con amigos, fue a un funeral y visitó varios hospitales en Daegu luego de verse involucrada en un accidente de tráfico menor.
Se comprobó que para todos esos eventos la mujer ya presentaba los síntomas de coronavirus y sabía que podía tener covid-19 por alerta de los médicos. Luego de la primera visita a la clínica por el accidente de tráfico, los médicos insistieron en que se hiciera la prueba de diagnóstico del coronavirus. Ella se negó repetidamente, reseñó El Confidencial.
Relación de la secta con la propagación
La idiosincrasia propia de la secta Shincheonji considera que la enfermedad está relacionada con el pecado. Además, insta a sus feligreses a asistir a las multitudinarias celebraciones religiosas, pese a cualquier dolencia.
El sufrimiento en la enfermedad es alentado y se alienta a prolongarlo sin intentar curaciones médicas.
Repercusiones desmedidas: de 30 a 977 casos
Fue 10 días después cuando regresó al hospital y finalmente se hizo la prueba. Durante casi 2 meses desde que el coronavirus estalló en China, Corea del Sur consiguió mantener el número de contagiados muy bajo. Logró evitar la expansión del brote con solo 30 personas contrayendo el virus.
Pero esta mujer se convirtió en la «paciente 31», su amplia actividad multiplicó por 30 la expansión del coronavirus en apenas 8 días. Con ella, los contagiados pasaron de 30 a 977 pacientes. Y casi todos los casos nuevos pueden rastrearse hasta esa secta a la que pertenecía la mujer.
La propia secta tuvo que pedir disculpas en Corea del Sur por su participación en la expansión del virus.
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