La Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ) consideró este jueves 3 de septiembre un motivo de grave preocupación el «uso de armas químicas» contra el opositor ruso Alexéi Navalny, envenenado con el agente nervioso de origen soviético Novichok, y se ofreció a ayudar en las investigaciones.
«Los Estados Partes de la Convención sobre Armas Químicas consideran el uso de armamento prohibido por cualquier persona bajo cualquier circunstancia como reprobable y totalmente contrario a las normas legales establecidas por la comunidad internacional», subrayó el director de la OPAQ, el diplomático español Fernando Arias.
La organización asegura que, de acuerdo con la Convención, cualquier envenenamiento de una persona mediante el uso de un agente nervioso se considera un uso de armas químicas y una acusación de este tipo es motivo de grave preocupación que hace que la OPAQ, de la que Rusia también es parte, continúe «monitorizando la situación».
La OPAQ, con sede en La Haya, está dispuesta a involucrarse en las investigaciones si uno de los 193 Estados Partes, como Alemania, le solicita formalmente asistencia o le pide colaborar y ayudar para aclarar los hechos.
El 27 de noviembre, la Conferencia de Estados Partes de la OPAQ adoptó la decisión de actualizar, por primera vez, su lista de sustancias prohibidas para incluir Novichok, que entonces había sido usado en un ataque contra el exespía ruso Serguéi Skripal y su hija Yulia en la ciudad británica de Salisbury.
La Convención, que prohíbe el desarrollo, la producción, el uso, el almacenamiento y la transferencia de armamento prohibido, entró en vigor en 1997 y desde entonces el listado de sustancias tóxicas no había sido modificado ni actualizado.
Sin embargo, el incidente que tuvo lugar en marzo de 2018 en Salisbury demostró que se había utilizado el agente Novichok, una sustancia que no estaba presente en la lista de químicos de la OPAQ y que fue desarrollada por la Unión Soviética durante la Guerra Fría.
Conociendo el origen del químico utilizado en el ataque, el Reino Unido -respaldado por la Unión Europea- acusó a Rusia de estar detrás del envenenamiento de los Skripal, una acusación que Moscú sigue negando hasta el sovidía de hoy, al igual que niega el ataque químico el pasado 20 de agosto contra Navalny, en coma e ingresado en un hospital de Berlín.
El gobierno alemán denunció ayer que Navalny fue envenenado con una sustancia del grupo del agente tóxico Novichok, de fabricación soviética y rusa.