La Asamblea General de la ONU volvió a demandar este miércoles el fin del embargo estadounidense contra Cuba con la aprobación de una resolución a la que únicamente se opusieron Estados Unidos e Israel.
Tras un año de pausa por la pandemia, Cuba volvió a llevar ante Naciones Unidas su habitual denuncia del embargo, que desde 1992 se viene aprobando anualmente con un respaldo abrumador de la comunidad internacional.
En esta ocasión, el texto salió adelante con 184 votos a favor, 2 en contra (EE UU e Israel) y 3 abstenciones (Colombia, Ucrania y Emiratos Árabes Unidos).
En 2019, la última vez que se había votado este llamamiento, el texto había recibido el apoyo de 187 de los 193 Estados miembros, pero con un voto en contra más, el de Brasil, que en esta ocasión no fijó posición.
En su presentación de la resolución, el canciller cubano, Bruno Rodríguez, acusó a Estados Unidos de haber aprovechado la pandemia del covid-19 para aumentar la presión sobre su país.
9.157 millones en pérdidas
«El gobierno de Estados Unidos asumió el virus como aliado en su despiadada guerra no convencional, recrudeció de manera deliberada y oportunista el bloqueo económico, comercial y financiero; y provocó al país pérdidas récord por alrededor de 5.000 millones de dólares», señaló Rodríguez ante la Asamblea General.
En total, Cuba asegura que el embargo causó el año pasado 9.157 millones de dólares en pérdidas al país, con diferencia la cifra más alta denunciada hasta ahora por las autoridades cubanas desde que se impusieron las sanciones hace casi 6 décadas.
En los últimos meses, el gobierno cubano ha llevado a cabo una intensa campaña para denunciar el embargo, endurecido por Donald Trump (2017-2021) con nuevas sanciones durante su reciente mandato de cuatro años.
En un intento de ahogar la economía de Cuba, Trump estableció medidas para dificultar aún más sus transacciones económicas y la llegada de turistas estadounidenses. Además, incluyó al país caribeño en la lista de patrocinadores del terrorismo.
El gobierno de Joe Biden, mientras, ha prometido revisar esas acciones, pero por ahora ha dejado claro que no ve la cuestión cubana como una prioridad.
En la reunión de hoy, la delegación estadounidense defendió que las sanciones son una «herramienta legítima» de política exterior y subrayó su apoyo a la lucha por la «libertad» de los cubanos.
Mientras la Asamblea General estaba reunida, un grupo de opositores cubanos se concentró frente a la sede de Naciones Unidas para reclamar la liberación de los presos políticos.
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