Al menos 864 civiles ucranianos, entre ellos 94 mujeres y 7 niños, han sido detenidos de forma arbitraria por parte de las fuerzas de ocupación rusas, denuncia este martes un nuevo informe de Naciones Unidas que también indica que al menos 77 de ellos fueron ejecutados de forma sumaria.
Son algunas de las principales conclusiones del documento presentado hoy en rueda de prensa por la jefa de la Oficina de la ONU para los Derechos Humanos en Ucrania, Matilda Bogner, y que también indica que 91% de los casos, los detenidos denunciaron haber sufrido torturas y malos tratos, incluida violencia sexual.
El informe se elaboró con ayuda de la Misión de Investigación de la ONU en Ucrania y también documenta 75 posibles casos de detenciones arbitrarias de civiles por parte de las fuerzas de seguridad ucranianas, a menudo en régimen de incomunicación para forzar confesiones.
La oficina que dirige el alto comisionado Volker Türk matiza que, mientras Ucrania ha colaborado con su institución brindando el acceso a detenidos (con la excepción de 87 marineros rusos detenidos cerca de la frontera con Rumanía) Rusia no ha dado ninguna facilidad, por lo que los datos de uno y otro bando «no deberían compararse».
En el caso de los detenidos por las fuerzas rusas, a menudo fueron privados de libertad en operaciones llamadas de «filtración», con el fin de buscar posibles vínculos de los civiles con el ejército ucraniano, o recopilar información sobre otras personas en el territorio ocupado.
Detenidos por sus ideas
En al menos 260 casos los civiles fueron detenidos por sus supuestas opiniones políticas, incluyendo funcionarios públicos, activistas de la sociedad civil, trabajadores humanitarios, líderes sociales, profesores y sacerdotes.
En la cuarta parte de los casos (221, entre ellos un menor de edad) los detenidos fueron transferidos a otros centros de detención, incluso deportados a territorio de la Federación Rusa, una práctica que según denunció el informe es contraria a la ley humanitaria internacional.
Los detenidos fueron privados de libertad en diversas localidades que incluyen Kiev, Járkov, Jersón, Zaporiyia u Odesa, y recluidos en al menos 161 centros (35 de ellos en Rusia y dos en Bielorrusia).
Según el documento, las detenciones eran principalmente llevadas a cabo por soldados o funcionarios del FSB, el servicio secreto ruso, «generalmente en gran número, montados en vehículos militares, con pasamontañas y armamento de combate».
Si los detenidos eran transferidos ilegalmente, «eran transportados con sus manos atadas y los ojos vendados, montados en incómodas posturas en camiones o vehículos militares llenos de gente, sin acceso al baño durante largos viajes».
«Por la noche se les dejaba al aire libre, tirados en el suelo, expuestos al frío y a las hostilidades», agrega el informe.
Todo tipo de torturas
En cuanto a las formas de tortura descritas por los civiles detenidos por las fuerzas rusas, hay desde cortes y golpes a la introducción de objetos puntiagudos bajo las uñas, el ahogamiento o «waterboarding», electrocuciones, exposición a frío y calor extremos, privación de agua y alimento, o simulacros de ejecuciones.
El informe documenta al menos 36 casos de violencia sexual a 25 hombres y 11 mujeres, que incluyeron violaciones, amenazas, descargas eléctricas en los genitales o los pezones, o desnudamiento forzado.
Además de las 77 ejecuciones documentadas por parte de los invasores rusos a civiles (72 hombres y cinco mujeres) el informe denuncia la muerte de otros dos detenidos por no sobrevivir a las torturas sufridas, recibir maltratos y no brindarles tratamiento médico.
El informe cita casos concretos de violaciones de derechos humanos en el contexto de estas detenciones, como las sufridas por una mujer de Jersón detenida en su vivienda en julio de 2022 tras ser acusada de proveer con información a su hermano, soldado en las fuerzas armadas ucranianas.
«Estuvo incomunicada durante tres días, en los que fue interrogada y golpeada con una botella de agua», para más tarde sufrir violencia sexual, «incluyendo descargas eléctricas a través de cables sujetos a sus pezones». Cuando fue liberada y regresó a su casa, descubrió que había sido saqueada por las fuerzas rusas, relata el texto.
Otro detenido, en los primeros días de conflicto, sufrió mutilaciones en sus pies después de que sus captores rusos le quitaran los zapatos y le obligaran a permanecer en la intemperie a bajas temperaturas, añade el informe.
Maltratos en el banco ucraniano
En los casos de detenidos por parte de las fuerzas ucranianas, 43 dijeron haber sufrido torturas o maltratos, en la mayoría de los casos en lugares de detención no oficiales, incluidos sótanos de viviendas.
El informe subraya que mientras Ucrania ha investigado alguno de estos abusos, lo que ha resultado en condenas de 23 personas, no hay noticias de que Rusia haya iniciado ningún procedimiento para que los responsables de las violaciones de derechos humanos rindan cuentas.
El informe urge a las partes en conflicto a detener estos abusos, identificar a sus responsables y someterles a procesos de rendición de cuentas.
La investigación incluyó 70 visitas a centros de detención, y 1.136 entrevistas a detenidos, familiares o testigos: ante la falta de acceso al territorio ocupado por Rusia, los datos se obtuvieron a partir de parientes, allegados o personas que habían sido puestas ya en libertad.
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