Los resultados del conteo rápido de los comicios en Bolivia, que tienden a confirmar la reelección del presidente Evo Morales en primera vuelta, desencadenaron el martes el llamado a un paro general a partir del miércoles, así como una oleada de críticas del exterior y la convocatoria a una reunión extraordinaria de la Organización de Estados Americanos.
La OEA convocó a una sesión de su Consejo Permanente el miércoles en Washington a pedido de Brasil, Canadá, Colombia, Estados Unidos y Venezuela (el representante de Juan Guaidó), para abordar «la situación en Bolivia». Washington denunció un intento de «subvertir la democracia en Bolivia».
La Unión Europea llama a «respetar la voluntad del pueblo boliviano». También España, Argentina, Brasil y Colombia expresaron inquietudes sobre la marcha del conteo de votos en Bolivia, mientras el presidente de Perú, Martín Vizcarra, pidió que los veedores de la OEA «verifiquen el cumplimiento de la objetividad y que realmente la decisión del pueblo boliviano se traduzca en un escrutinio que sea absolutamente imparcial».
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Los cuestionamientos radican en que dos días después de los comicios no culmina el conteo rápido TREP, que la noche del domingo anticipó un balotaje. Tras una inexplicable paralización de 20 horas, se reanudó el conteo la noche del lunes y los números mostraron un «cambio drástico y difícil de justificar en la tendencia», que augura la reelección de Morales en primera vuelta, denunciaron los observadores de la OEA.
El mandatario, en el poder desde 2006, evitaría el balotaje si obtiene en primera vuelta más de 50% de los votos válidos o 40% con al menos una ventaja de 10 puntos sobre el segundo. En el TREP, Morales recibe 46,4% y el ex presidente Carlos Mesa 37,07%, con 95,63% de las actas. Este sistema por teléfono sirve para orientar sobre la tendencia del cómputo oficial definitivo, pero no tiene carácter oficial.
Mientras, el Tribunal Supremo Electoral avanzaba este martes en el cómputo oficial a 83,87% de los votos válidos, en los que Morales estaba adelante con 43,64%, seguido de su rival Carlos Mesa con 40,01%.