Un oficial de alto rango, con más de 20 años de servicio, y 4 militares norteamericanos se encuentran en Bogotá hace días preparando la logística para la llegada y ubicación de otros 48 uniformados de la Misión SFAB, la brigada élite del Ejército de Estados Unidos, que apoyará la lucha contra el narcotráfico en Colombia y cuya presencia en el país generó una fuerte polémica esta semana.
Los militares estadounidenses, que hacen parte del Comando Sur, aterrizaron este lunes en la base militar de Tolemaida sobre el mediodía, confirmaron a EL TIEMPO fuentes de las Fuerzas Militares. También indicaron que los uniformados se trasladaron en un avión militar norteamericano, luego de recibir permisos aeronáuticos.
«En Tolemaida se reunirán el componente total, 53 militares, y allí pasarán los 14 días de aislamiento obligatorio bajo el estricto cuidado y control de un equipo de médicos», dijo una fuente.
De igual forma, este diario logró establecer que el 16 o el 17 de junio, luego de ser sometidos a exámenes médicos para descartar que estén contagiados, se daría inicio de manera oficial a la misión «de carácter consultivo y técnico para mejorar la efectividad en la lucha contra el narcotráfico» que duraría inicialmente cuatro meses.
El comunicado de la embajada de EE UU
Aunque el general Luis Fernando Navarro Jiménez, comandante de las Fuerzas Militares, aseguró que este cuerpo élite estaría en Colombia solo por ese periodo, la fuente consultada señaló que «ese tiempo se puede ampliar, por un periodo aún sin definir». Incluso se haría relevo de los uniformados que llegarán en la primera misión de esa fuerza en un país de Latinoamérica.
Aunque la presencia de militares de Estados Unidos y de otras naciones en Colombia no es nueva –incluso llegó a ser más alta en las épocas más duras del Plan Colombia, durante el gobierno de Andrés Pastrana, cuando el mayor gasto económico corría por cuenta de la financiación de ese país–, la sola noticia sobre la llegada de este nuevo grupo encendió inmediatamente la polémica.
Sorprendió que la noticia se conoció a través de un comunicado de prensa de la Embajada de Estados Unidos en Colombia expedido el 27 de mayo y, aunque allí se mencionaba a funcionarios colombianos, solo unas horas después, cuando el tema ya era tendencia en redes, salió a hablar de la misión el general Navarro Jiménez. Al día siguiente hubo una declaración oficial del Comando Sur de Estados Unidos y el Ministerio de Defensa de Colombia.
El Congreso en Colombia
Llegaron dardos incluso del presidente del Senado, Lidio García, quien le dijo al presidente Iván Duque que esa corporación era la encargada de avalar el paso de tropas extranjeras por el país, a lo que respondió el ministro de Defensa, Carlos Holmes Trujillo, que era una misión de asesoramiento. Los uniformados no iban a participar en las operaciones contra el narcotráfico y no se trataba de un paso de tropas, sino del desarrollo de unos acuerdos de cooperación entre los dos países que datan de hace más de dos décadas.
En ese sentido, Rafael Pardo, exministro de Defensa, afirmó que es una operación de asistencia técnica que está en los tratados firmados por Colombia. «No requieren autorización del Congreso. A menos que sea, por ejemplo, una plataforma de tránsito a Venezuela, pero como no es el caso, no necesitan autorización del Congreso», afirmó.
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