La inflación en España se desaceleró notablemente en mayo para situarse en el 3,2% interanual, gracias principalmente al descenso de los precios de los carburantes, según estimación provisional publicada este martes por el Instituto Nacional de Estadística (INE).
Esta cifra, que todavía debe ser confirmada, es 0,9 puntos menor que la de abril (4,1%), cuando la inflación registró un repunte, y 0,1 puntos inferior a la de marzo (3,3%).
El nuevo descenso aleja a España un poco más del pico de 10,8% que alcanzó en julio, mientras le acerca al objetivo de 2% fijado por el Banco Central Europeo, cuando quedan menos de dos meses para las elecciones legislativas convocadas para el 23 de julio.
La desaceleración de mayo se explica, según el INE, por el descenso de los precios de los carburantes y en menor medida por un alza inferior que en el mismo mes del año pasado de los precios de la alimentación.
El índice de los precios de consumo armonizado (IPCA), que permite las comparaciones con los otros países de la zona euro, se situó por su lado en el 2,9%, lo que supone 0,2 puntos por debajo de abril (3,1%).
La inflación subyacente, que no tiene en cuenta los precios de la energía y que corrige las variaciones estacionales, reculó por su parte 0,5 puntos, para alcanzar 6,1% en un año.
Esta dinámica confirma la «tendencia a la baja» de la inflación, según subraya en una nota el banco ING, que atribuye parte de esta dinámica a las medidas adoptadas por el gobierno progresista español en los últimos meses.
Paquete de ayudas
El gobierno del socialista Pedro Sánchez multiplicó sus medidas presupuestarias para mantener el poder adquisitivo de los hogares, fuertemente afectado por una inflación que alcanzó el 8,4% de media el año pasado.
El ejecutivo anunció a finales de diciembre la supresión del IVA a los alimentos de primera necesidad, como parte de un paquete de ayudas de 10.000 millones de euros (unos 10.700 millones de dólares), destinado a contener la escalada de los precios de la alimentación.
Esta disposición elevó a casi 50.000 millones de euros el importe total de las medidas adoptadas por el gobierno de Sánchez desde hace más de un año.
Con esta cifra del 3,2%, España se sitúa en una posición más cómoda que la mayoría de sus vecinos de la zona euro, donde la inflación alcanzó un 7% interanual en abril.
«Las medidas socialdemócratas funcionan y benefician a la mayoría social de este país. Eso es lo que la ultraderecha no puede soportar», escribió Sánchez en su cuenta de Twitter.
La desaceleración de la inflación es uno de los argumentos que suele esgrimir su gobierno para hacer frente al descontento por la caída del poder adquisitivo. Este sería, según analistas, uno de los factores que influyó en la derrota del Partido Socialista y sus aliados en las elecciones municipales y regionales del domingo.
Los malos resultados para los progresistas, en favor de la derecha, llevaron a Sánchez a dar la sorpresa el lunes con la convocatoria de elecciones legislativas anticipadas para el 23 de julio, de las que saldrán el nuevo Parlamento y el nuevo gobierno, y que los conservadores del Partido Popular (PP) y el partido de extrema derecha Vox parecen afrontar en posición de fuerza.
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