Los negociadores del clima enfrentan este lunes en la COP28 una larga jornada de discusiones para decidir si el mundo debe prepararse para abandonar las energías fósiles.
«Estamos en una carrera contra el tiempo» para encontrar un consenso, destacó el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, presente en Dubái para alentar a los diplomáticos, tras más de 10 días de largas reuniones.
Es «esencial» que el texto final, cuya adopción está prevista el martes, «reconozca la necesidad de abandonar todas las energías fósiles dentro de un calendario coherente con el límite de 1,5 ºC» de calentamiento global, declaró Guterres a los periodistas.
Esa sería una decisión histórica, desde que se firmó el Acuerdo de París de 2015.
Pero «esto no significa que todos los países deban abandonar las energías fósiles al mismo tiempo», advirtió Guterres.
La COP28 de Dubái es la primera que hace un balance de la acción climática desde el Acuerdo de París, que impuso ese objetivo de intentar mantener la temperatura media global en +1,5 ºC respecto a la era preindustrial.
El objetivo ahora es marcar nuevas metas más ambiciosas, acelerar la transición energética y las medidas de adaptación.
Una cuestión de vocabulario
Y el gran debate, que tensa las negociaciones, versa sobre si hay que empezar a prepararse para «abandonar» («phase out») el petróleo, el gas y el carbón, que representan más dos terceras partes de las emisiones de gases de efecto invernadero.
O si simplemente hay que «reducir» («phase down») gradualmente el consumo de esa energía, que ha sido el motor del crecimiento mundial desde principios del siglo XX.
«No tenemos ni un minuto que perder en esta crucial recta final», había dicho previamente Simon Stiell, jefe de la agencia ONU Clima. Tiene que haber «el máximo de ambición posible», añadió.
Las consultas diplomáticas eran «intensas» a media jornada, según una fuente latinoamericana. Algunas delegaciones suspendieron actos públicos.
El anuncio de un nuevo borrador se retrasa, lo que dificulta el final de la conferencia este martes como previsto. Esto es algo habitual en las COP.
«Hay que tener paciencia. En una COP, cada minuto cuenta», explicó Manuel Pulgar-Vidal, exministro peruano y responsable de temas climáticos del Fondo Mundial de la Naturaleza (WWF).
Las negociaciones están presididas por el emiratí Sultan Al Jaber, jefe de la compañía nacional petrolera de su país, lo que despertó suspicacias, aunque él insiste en que escucha a todas las partes y lucha por un «acuerdo histórico».
La COP28 ya examinó hasta tres borradores del acuerdo, y las diferencias sobre el vocabulario sobre los combustibles fósiles podrían resolverse mediante una combinación de expresiones, junto a compromisos en materia de energías renovables, o de financiamiento en otras áreas.
«Supermayoría de países»
Para una «supermayoría de países», en palabras del comisario europeo de Acción Climática, Wopke Hoekstra, la ruta de la descarbonización está clara.
Pero Arabia Saudita e Irak, dos grandes potencias petroleras, mostraron públicamente su oposición a una «eliminación» en la última gran reunión plenaria del domingo.
A su juicio, nada indica que deba abandonarse completamente el petróleo, el gas o el carbón para cumplir con el objetivo de +1,5 ºC.
Los climatólogos insisten en que las emisiones de gases de efecto invernadero no están disminuyendo, y por lo tanto, hay que tomar medidas drásticas, lo antes posible.
El objetivo compartido por las casi 200 naciones presentes en Dubái es alcanzar la neutralidad de carbono, es decir que las emisiones y la captura sumen cero, de aquí a 2050.